Muchas veces se desconoce lo que había en el Vaticano antes de que se construyera la edificación que hoy conocemos. Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, ha explicado el lugar donde está la tumba de San Pedro. Aclara el experto que el espacio actual "reposa sobre más de dos mil años de historia". Y es que "la basílica actual se construyó en siglo XVI y XVII", se construyó sobre una basílica del siglo IV, a su vez construido "sobre un cementerio" que está ahora en el centro de la Basílica.

"Cuando después del incendio de Roma", relata el experto, "Nerón fue lo suficientemente hábil para desviar la atención para los cristianos". Entonces, tres cuartas partes de la ciudad habían quedado arrasadas por el incendio". Después de este desastre, "para diversión de la plebe mató a personas de la comunidad cristiana". De los cuales, "entre ellos, Pedro". De acuerdo con las escrituras, "murió, según la tradición, no sintiéndose digno de su señor pidió que lo pidieran boca abajo". Después de aquel tormento, "lo enterraron en el cementerio más cercano", en lo que se dice que era "un agujero muy sencillo". Desde ese preciso instante "se convierte desde el siglo I" en lugar de peregrinaje y Constantino lo protege "construyendo encima la basílica". Con ese objetivo "tuvo que cortar la colina vaticana" y "lo pudo hacer porque era emperador", narra Sánchez de Toca.

En los años 50 se hace una excavación en busca de la tumba de San Pedro: "Parecía increíble". Se hizo una obra "en los años 40 durante la guerra construir la tumba del papa Pío XI". Durante esas labores "se produjo un hundimiento" y "al iluminar el agujero encontraron frescos". Ya se habían producido algunos hallazgos previamente: "Con la actual basílica del Siglo XVI encontraron cosas". Pero fue "durante la guerra", con una "obra de arqueología impresionante" cuando se descubrió el más importante. "Son casi diez metros de excavación", detalla el subsecretario. "Ahí se han encontrado los restos de cementerio romano del Silgo I" y también "una tumba sencilla", pero sobre todo, lo más reseñable es que "se encontraron los grafitis 'Pedro está aquí'". En esa señal "se encontraron unos huesos escondidos" de los que se supone que son el apóstol Pedro.

Sánchez de Toca reflexiona que "lo que demostraron es la convergencia entre los datos históricos y el descubrimiento arqueológico". Pero se atreve a afirmar que "con certeza arqueológica y documental, Benedicto XVI está sobre la tumba de Pedro".