Son engorrosos, hasta tal punto que es bastante habitual que no consigamos doblarlos de la misma manera que estaban. Si los llegamos a sacar de la caja, a veces dejamos de leerlos por los numerosos efectos secundarios de los que nos alertan, pero aún así en el fondo terminan siendo útiles. Hablamos de los prospectos que suelen venir incluidos en los envases de los medicamentos.

Todos estamos acostumbrados a que cualquier fármaco que compremos traiga un prospecto, pero esto podría cambiar dentro de poco. La Unión Europea baraja retirarlos de las cajas de los medicamentos en la nueva legislación farmacéutica. Se incluiría en su lugar un código QR incorporado en el envase para que el paciente siga teniendo toda la información de su medicación a mano.

Pilar Cisneros ha visitado en 'La Tarde' una farmacia para comprobar qué opinan en el sector farmaceútico de esta medida que la UE pretende implantar en un futuro próximo y que está suscitando cierta polémica por los inconvenientes que puede acarrear para algunos pacientes. "Siempre que las medidas vayan destinadas a una mejora, estamos de acuerdo", afirma la farmaceútica Ana Albertos. Sin embargo, aboga porque la transición se haga lentamente porque "hay población que no es capaz de funcionar con medios digitales". "El QR es una cosa que está muy bien para la gente joven, que está muy adaptada a las nuevas tecnologías, pero no para gente mayor o gente vulnerable en este sentido", considera la farmaceútica.

Ana Albertos ha puesto en valor la función del prospecto, puesto que "hay veces que es importante tener esa inforamción a mano y fácil de encontrar para toda la población". Por lo tanto, lo ideal, según la farmacéutica, es que el código QR que la Unión Europa quiere incluir en todos los fármacos pueda convivir en paralelo con el prospecto habitual en papel. Además, destaca las ventajas que puede ofrecer dicho código, como por ejemplo, añadir información complementaria en forma de vídeo o audio para que sea más inclusiva.

Los consumidores parecen que coinciden con la postura de los farmaceúticos, ya que el 80% no quiere prescindir del prospecto en papel, según una encuesta de la OCU. Por el contrario, entre las ventajas que señala la UE para dejar de usar los tradicionales prospectos destaca el ahorro en papel, que sería de 2.800 toneladas solo en España. También argumentan que se podría cambiar o actualizar cualquier dato de un medicamento de una manera más rápida y sencilla. A pesar de estas ventajas, “nos encontramos siempre con una población que necesita poder leer el prospecto, y no van a saber con el QR”, insiste la farmaceútica Albertos.

Una de las opciones que se plantea en España, por parte del Ministerio de Sanidad, es que haya una especie de fórmula mixta: que los medicamentos hospitalarios no tengan prospecto en papel, y los que se venden en farmacia lo conserven por el momento. Ana Albertos señala que, en todo caso, debe haber un tiempo de adaptación. "Si la gente empieza a acostumbrarse al QR y con el paso del tiempo todo el mundo se maneja fenomenal, podrían empezar a quitar los prospectos. Lo que no se puede es restringir la información a un grupo de población".