Pedro Abizanda, doctor, sobre el nuevo espejo inteligente para las personas mayores: "El objetivo final es empoderarlas y que autogestionen su salud"

El jefe de Geriatría del Hospital de Albacete detalla las características del invento que viene a revolucionar las residencias y las casas de nuestros abuelos

Álvaro Fedriani

Madrid - Publicado el

3 min lectura

En pleno siglo XXI, la tecnología no solo sirve para comunicarnos o entretenernos: también puede convertirse en un aliado vital para la salud, especialmente de las personas mayores. El espejo inteligente que ha desarrollado, entre otros, Pedro Abizanda, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y jefe de Geriatría del Hospital de Albacete, está diseñado para ayudar a los mayores a mantener su bienestar físico, emocional y social.

Un reflejo que va más allá del aspecto físico  

Este espejo, que combina un diseño similar al de un espejo de cuerpo entero con un ordenador y un sistema de inteligencia artificial, funciona como un asistente personal que guía a la persona mayor a través de diferentes módulos. Gracias a él, los usuarios pueden recibir orientación sobre programas de ejercicio adaptados a su nivel de fragilidad, recomendaciones nutricionales personalizadas según su estado de salud, y alertas en caso de caídas o emergencias, pudiendo incluso comunicarse en tiempo real con su equipo médico mediante videollamada.


"El objetivo final es empoderar a las personas mayores para que autogestionen su situación de salud, reduciendo riesgos y fomentando su autonomía", explica Abizanda. El espejo reconoce los movimientos durante los ejercicios, proporciona feedback inmediato sobre su ejecución y envía la información al equipo médico, que decide si se necesita mejorar la técnica o progresar en la rutina. Esto no solo garantiza un seguimiento más preciso, sino que también aporta seguridad y confianza al usuario, que ve cómo sus esfuerzos se traducen en resultados concretos y supervisados.

 Ejercicio, nutrición y seguridad: un cuidado integral  

El espejo no se limita a evaluar la actividad física. Incluye un módulo nutricional que ofrece recomendaciones personalizadas: desde el ajuste de la ingesta de proteínas hasta pautas para controlar el peso, la hipertensión o la diabetes. "Todo está integrado de manera que cada persona mayor reciba indicaciones adaptadas a sus características y necesidades", señala el médico.

A esto se suman funcionalidades complementarias que convierten al espejo en un asistente doméstico de salud: recordatorios, calendarios, asistente de voz, detección de caídas mediante sensores y monitorización a distancia, permitiendo alertar al equipo sanitario en caso de emergencia. Este enfoque integral busca no solo mantener la salud física, sino también ofrecer tranquilidad y acompañamiento emocional, un factor crucial para quienes viven solos.


La facilidad de uso ha sido uno de los aspectos más valorados durante el periodo de prueba que se ha realizado con 50 personas mayores en sus domicilios. Según Abizanda, la adherencia al uso del dispositivo alcanzó el 75% a los seis meses, mientras que la experiencia de usuario y la aceptabilidad superaron el 80% en todas las escalas evaluadas. "Cada vez más las personas mayores tienen normalizado el uso de la tecnología, y este espejo está diseñado para que su manejo sea intuitivo, incluso para quienes no tienen experiencia previa", asegura el especialista.

 Un futuro prometedor para hogares y residencias  

El prototipo, desarrollado inicialmente en el marco del proyecto europeo Shapes y validado posteriormente en la segunda fase de investigación clínica del proyecto Miratar, se ha probado tanto en residencias como en domicilios. Su instalación es sencilla y adaptable a distintos entornos, desde hogares individuales hasta centros de mayores, hospitales o incluso espacios rurales donde el acceso a servicios de salud es limitado.

Actualmente, el coste de los prototipos se sitúa en torno a los 2.000 euros, pero se espera que los precios bajen una vez que el dispositivo entre en producción y comercialización. Abizanda destaca que la inversión podría ser especialmente valiosa para personas mayores que viven solas, ya que el espejo no solo mejora la gestión de su salud, sino que también ofrece compañía y sensación de seguridad, dos factores esenciales para mantener la calidad de vida.

En definitiva, este espejo inteligente combina ejercicio, nutrición, seguridad y teleasistencia en un solo dispositivo, fomentando la autonomía, reduciendo riesgos y ofreciendo tranquilidad tanto a los usuarios como a sus familias. Con su potencial, hogares y residencias podrían convertirse en entornos más seguros y saludables, donde la fragilidad no se traduzca en aislamiento y el cuidado diario sea más accesible y personalizado.

Temas relacionados