Juan Solo: "Blablcar ha provocado ya más dimisiones en Andalucía que los ERE"
La particular visión de la actualidad de Juan Solo

Blablacar ha provocado ya más dimisiones en Andalucía que los ERE
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La gente que nos escuche pensará que no tengo criterio porque un día defiendo una postura y, al día siguiente, la opuesta.
Pues es fácil; las cosas no son blancas o negras. La vida transcurre en una escala de grises.
Así se entiende que hoy vaya a defender a los políticos. Los he criticado y mucho. Pero hoy toca defenderlos. Y lo voy a hacer con la misma ilusión que el alcalde de Vigo en una tienda de bombillas.
A veces nos olvidamos de que están aquí para servirnos y del enorme sacrificio que hacen al ocupar un cargo público.
Porque los políticos ganan poco dinero. Que sí que es verdad; ya lo dijo en su día Esperanza Aguirre. Y necesitan sacarse un dinerillo extra.
Eso es lo que está pasando ahora mismo con los políticos andaluces. Para ello hay que explicar primero que es BlaBlaCar.
Han pillado a dos diputados andaluces haciendo esto: ofrecían sus viajes en BlablaCar, viajes por los que ya percibían dietas y kilometraje del parlamento andaluz.
Hace unos días dimitió Andrés Samper, C's Almería. Y ayer fue José Luis Cano de Podemos, Jaén.
¿Cuánto crees que sacaban por esos viajes? 24,50 € por pasajero.
Sueldos: 3000 € al mes, 340 por alojamiento y comida y 480 por kilometraje.
Pringarte por 25 € me parece una cutrez. Claro que si vas sumando a lo mejor te sale una pasta.
El diputado de Podemos ha dicho que él está muy concienciado con las emisiones de CO2 y que, compartiendo vehículo se contamina menos.
Vale, pero NO COBRES.
Y nos quedamos en Andalucía; en una de mis ciudades favoritas.
¿Has cogido el AVE alguna vez? ¿Estación de Santa Justa? 5:30 de la madrugada del martes, Sevilla. Un conductor de 72 años se despistó y condujo durante 800 m por la vía del AVE con su coche.
Pues sí, caballero; lio usted una buena.
Circuló por la vía hasta llegar al andén número 12. Siguió avanzando con dos ruedas sobre la vía y dos sobre el andén hasta que llegó un momento en que se quedó atascado. ¿No podía usted salir?
Pero, ¿cómo se las apañó para llegar al andén de la estación? Porque es imposible. Acabáramos. Las malditas rotondas. Por cierto, un día hablaremos de las esculturas de rotonda. Fue un susto.
La policía rápidamente comprendió que el hombre no había obrado de mala fe.
Pues entonces todo se quedó en un susto.
Quizá tendría que haber echado mano del GPS. O quizá no. Mañana hablaremos sobre el problema de confiar ciegamente en el GPS.