Hermann es un octogenario alemán que vive actualmente en Vigo. Casado con una gallega, Teresa, sus hijos decidieron que la pareja se viniese desde Alemania a Galicia a raíz de que los dos empezasen a mostrar síntomas de Alzheimer.

Ni Teresa habla ya el alemán que dominaba a la perfección, ni Hermann recuerda apenas el poco español que sabía, pero sí recuerda cómo tocar su armónica. Por eso, su cuidadora le ha animado a salir a tocarla a la ventana todos los días a las ocho, para hacerle creer que los aplausos para los sanitarios eran en realidad una ovación por su concierto.

Al final, cuando la gente supo que Hermann salía a tocar cada día a las 20:00, los aplausos terminaron siendo de verdad para él… Su historia se ha hecho viral y se ha convertido en una especie de símbolo de cómo la complicidad de una buena cuidadora puede llegar a convertir una mentira piadosa en realidad. Una historia inspiradora que, todavía en tiempo de confinamiento, llegó hasta Jordi García, director del estudio de animación “23 Lunes” y decidió contarla a través de un corto.

En el corto, Hermann no toca la armónica, sino el violín, pero nos cuenta la historia desde su perspectiva. Vemos a Hermann, que está en su plenitud y se está preparando para dar un gran concierto en un auditorio.

En ‘La Tarde', hemos querido hablar con Jordi García, que es el director de “Hermann”, este emocionante corto de animación. “Me lo encontré en unas redes sociales, lo pude ver como otro español cualquiera. Pero tengo la suerte de tener un estudio de animación y pude juntar mi deseo de contar esta historia y hacer un regalo a mi equipo con este corto, porque sino teníamos que hacer un ERTE”.

Lo hicieron cada uno desde su casa. Todo se hizo online. Todo esto requiere un trabajo enorme, pero como cuenta Jordi, la historia es tan bonita que “teníamos que hacerlo. Su cuidadora estaba dándole una vida nueva a una persona que no podía recordar ciertas cosas. Si no puedes hacer que alguien recuerde, lo mejor es darle nuevos recuerdos”.