En Estados Unidos es obligatorio dejar un porcentaje del total del precio de la cuenta como propina. En los bares, entre 1 y 2 dólares por cada ronda y en los restaurantes, entre el 15 y el 20 por ciento de la cuenta.

En otros países también es frecuente, como en Holanda. ¿Y en España? A raíz de la pandemia, el Banco de España ha constatado que el pago en metálico en tiendas y hostelería ha caído desde el 83% al 66% en tan solo 3 años. Esto lleva indirectamente a que dejemos menos propinas. Por eso hay restaurantes de Madrid, Sevilla y Barcelona que la están incluyendo en el ticket, aunque no es obligatorio.

Precisamente en Barcelona, el restaurante 'La Barra' ha puesto en marcha un novedoso sistema de propinas por el que el cliente puede elegir entre varias opciones de propina, acompañadas por emoticonos. La cara triste equivale a no dejar propina, la sonriente es igual a una propina de un 5% y la muy sonriente a propina del 10% del coste de la comida. David Rubert es miembro de la junta directiva de La Barray nos cuenta cómo lo hacen: "nosotros lo enfocamos como un acto voluntario (...) cuando llevamos la cuenta al cliente como habitualmente le preguntamos qué tal ha ido el servicio y después le informamos de que la cuenta tiene una serie de opciones con las que pueden premiar la calidad del servicio que le hemos prestado", comenta.

Además, como bien explica Rubert, ese dinero tiene un fin comun y todo va a parar al conjunto del equipo de 'La Barra': "toda esta parte de propinas que se recaudan van directamente de manera equitativa a todo el personal, pero como obviamente cada mesa es atendida por un camarero también se puede valorar positivamente a ese camarero en concreto".

Sin embargo, en nuestro país no es habitual que se usen las propinas para completar un salario y de hecho, la gente de a pie está en contra de incluirlas en las cuentas de los bares y restaurantes. En La Tarde, hemos salido a la calle para escuchar la opinión de los españoles y la mayoría dice que sí que está a favor de dar propina en función del servicio, pero no 'a la americana'.

Así explica Rubert el motivo por el que implementaron esta opción en su empresa: "hemos adoptado esta medida porque siempre estamos buscando estrategias para mejorar las condiciones y el bienestar de nuestros empleados, y como las propinas han bajado pensamos que sería una buena estrategia para que pudieran obtener una mayor retribución", comenta. El propio Rubert asegura que la opción está teniendo una buena acogida: "de hecho, el resultado fue notable y se está obteniendo un número mucho más elevado de propinas que de la manera tradicional"

Aún así, hay que recordar que sería conveniente vigilar que no se cree un sentimiento de culpa en el cliente y que por eso se vea obligado a dar una propina, y también que no sea una forma de aprovecharse del consumidor para complementar un salario digno del camarero que en realidad siempre tiene que aportar la empresa.