Aparte de la crisis energética, tenemos la sequía. Este es un tema muy preocupante en España, porque la falta de lluvias ha hecho que los embalses estén en mínimos, con unas reservas que se sitúan a un tercio por debajo de la media de la última década. Aunque la situación es muy distinta en función de las cuencas de las que dependen estos ríos. Además, los agricultores son quienes se llevan la peor parte, dado que son los primeros en sufrir las restricciones.

Cada cuenca tiene sus propios protocolos y umbrales a partir de los cuales reducen o, llegado el caso, suprimen el agua para uso agrícola. Según la jefa de Sociedad y Casa real de COPE, Carmen Labayen, los embalses "están por debajo del 36 por ciento de su capacidad. Un total de agua embalsada de algo más de 20.000 hectómetros cúbicos". De hecho, hace un mes los embalses se encontraban al 42 por ciento. Pero, la situación es muy variable, en función del lugar del país en el que estén ubicadas, dichas reservas pueden superar el 80 por ciento, como ocurre en el País vasco. Mientras que en lugares como el Guadiana o el Guadalquivir están a poco más del 20 por ciento.

Lo malo de todo esto es que las previsiones para septiembre tampoco son muy buenas. Pues la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha previsto que septiembre sea un mes menos lluvioso de lo normal. Y si sumamos las restricciones de este verano, las pérdidas en el campo son considerables.

"Mientras tanto, en esta situación, el Gobierno está elaborando los planes de las cuencas, que son de su competencia", ha explicado Labayen.Estos planes consisten en un recorte del agua de riego del 5 por ciento desde este año al 2030, y del 15 por ciento hasta el año 2050. Y todo esto en un país que el año pasado fue líder en Europa en el desmantelamiento de presas.