
Ambulancias y dispositivos policiales circundaban la zona de los atentados. Foto EFE
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Alfonso del Álamo, exdirector general de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, narra cómo vivió las 48 horas más intensas de su vida en los atentados del 11 de marzo de 2004.“El 11-M viví la mayor concentración de pena y pánico que se puede concebir”.
“El 11-M viví la mayor concentración de pena y pánico que se puede concebir”. Así arranca el libro del que era director general de Emergencias de Madrid en los atentados del 11M, con el que salda la deuda de contar lo que sintió aquellos días.Alfonso del Álamo Giménez, médico experimentado y curtido en intervenciones en países como Guinea Ecuatorial o Nicaragua, no había vivido nada comparable a los atentados del 11 de marzo de 2004, de los que el sábado se cumplen trece años; ni lo esperaba.Llevaba únicamente cinco meses como director general de Emergencias y Protección Civil del Ayuntamiento de Madrid cuando el jefe de bomberos y el jefe del Samur le llamaron casi a la vez para contarle que mandaban efectivos a al menos dos lugares en los que parecía que había explosiones con heridos y fallecidos.Así amanecía la estación de Atocha solo horas después del atentado. Foto EFEAhora publica el libro "11M, el honor de servir", una "crónica emocional" en primera persona con la que el entonces máximo responsable de las emergencias de la capital quiere "rellenar una pequeña parte de una laguna" con las experiencias de los que vivieron de alguna manera la tragedia, para “saldar una deuda que tenemos pendiente” y terminar de superar el duelo.En 'La Tarde' de Expósito, ha manifestado que durante las primeras 42 horas tras los atentados, que dejaron 191 fallecidos, 250 heridos graves y más de mil leves, “no hubo tiempo para reflexionar ni para los afectados ni, sobre todo, para quienes actuaron en los dispositivos de emergencia”. Y luego "nadie se atrevió a relatarlo".“El libro según vas leyéndolo muestra cómo se va generando un equipo entre uniformes y corbatas. Del 11-M hay muchas visiones y muchas formas de verlos. Los forenses, los médicos de hospitales, los taxistas que pusieron en Atocha carteles de 'traslado gratuito al pabellón numero 6 y 8 de IFEMA', una muestra solidaria magnífica”, ha explicado Del Álamo.El director de Emergencias de Madrid, Alfonso del Álamo (i), junto a Ángel Expósito (d) en en estudio Antonio Herrero de COPE. Foto COPEHarto de escuchar año tras año, en los sucesivos aniversarios del 11M, la frase "no tengo palabras para describir lo que viví", el médico ha relatado cómo vio cosas inimaginables, convivió "con la mayor concentración de pena y pánico que se pueda concebir" y tomó decisiones que supusieron un impacto para mucha gente, concluyendo que cumplió con su deber y "con el honor de servir".Recuerda especialmente "la irrealidad", "la sensación de estar en un espacio onírico" y sobre todo "el gran silencio" en la estación de Atocha poco después de la explosión de uno de los trenes, a pesar de que había decenas de sanitarios, policías y heridos graves.Portada del libroTambién la dura sensación que le supuso entrar "en el océano del dolor" en el que se convirtió el pabellón 6 del Ifema, donde se reunieron los cadáveres para que fueran identificados por las familias y hacerles las autopsias.Fueron 42 horas seguidas "sin quitarse los calcetines" en las que tanto sanitarios como bomberos, policías y también "toda la ciudad de Madrid" se volcó en la tragedia.