Hoy, hace cinco años que la tranquilidad con la que viven en Angrois se rompió. Concretamente, el 24 de julio de 2013. Todos los habitantes de este pequeño barrio compostelano se jugaron la vida para salvar a personas que no conocían. Pasaban unos minutos de las 20:30 de la tarde. Un tren Alvia descarrilaba dejando 80 muertos y 140 heridos. Cinco años después, la zona cero es el lugar donde se mezcla tristeza, dolor y mucho silencio. 

Cuando llegamos a la plaza vimos el vagón en el centro, ayudamos y al rato vimos donde estaba el resto del tren"

En 'La Tarde' hemos hablado con Martín Rozas, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Angrois: "Es un día en el que se juntan muchas emociones. Vuelven los recuerdos que pensabas que tenías olvidados".

Martín emocionado, recuerda cómo vivió aquel día: "Ese día estábamos hablando Anxo, Isidro y yo sobre unos terrenos que tenía ADIF, nos estábamos quejando y de repente sentimos un trueno, y vimos arder la electricidad. Cuando llegamos a la plaza vimos el vagón en el centro, ayudamos y al rato vimos donde estaba el resto del tren".

Tuvieron que llamar familiares de todo el mundo para hacer ver a la gente la magnitud de lo que había pasado: "En ningún momento fuimos conscientes del accidente, al cabo del tiempo por la actividad de la Asociación, cuando recibimos llamadas de Miami, Alemania, Colombia... ahí nos dimos cuenta de que algo pasó".

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¿Cómo es el lugar donde quedó el vagón principal?: "Es una calle principal, todas las calles desembocan aquí, la gente que nunca vivió del lado de la vía no es consciente. Nosotros ya hemos vivido descarrilamientos, atropellos, esto para nosotros es pasar un pequeño duelo y seguir con la vida adelante.