La cena de Nochebuena de pasado mañana con seis personas, con mascarilla. Con las ventanas abiertas. Sin abrazos, ni besos, ni villancicos. Va a ser una cena fresquita, esencial, y con poco margen para los largos debates que tanto nos gustan a los españoles. Pero Iglesias está empeñado en convertirse en allegado de todos los españoles y empeñado en que debatamos de un tema que a él le parece muy interesante

En esto se nota que Iglesias es un verdadero revolucionario con poco interés por la libertad. Los verdaderos revolucionarios se empeñan en decirte qué tienes que pensar, que tienes que hacer y de qué tienes que hablar. Podemos quiere que los españoles debatamos sobre monarquía y república y quiere escribirle el discurso al Rey Felipe.

Gerardo Pisarello, secretario primero de la Mesa del Congreso de los Diputados y parlamentario catalán de En Comú Podem en rueda de prensa desde el Congreso le ha dictado el discurso a su majestad, dicen lo de Podemos: que condene las irregularidades de su padre, que haya transparencia y que se investigue hasta el final. Pisarello no solo ha hecho de redactor del discurso del Rey, también ha hecho de juez del Rey emérito porque ha sentenciado que sus actuaciones son delitos graves.

Podemos con el 13 por ciento de los votos, sentencia a la Monarquía. Pero no son las únicas presiones. La vicepresidenta Carmen Calvo ayer también empujó para que el Rey hiciera un discurso que le gustara al Gobierno

Las actividades del Rey están siempre bajo la supervisión. Ayer el Rey pudo viajar a Barcelona a entregar el premio Cervantes ¿Por qué hay tanta presión al Rey Felipe? A diferencia de otros discursos reales, éste se redacta en Zarzuela y se pasa posteriormente a Moncloa para su conocimiento, del que son partícipes también el jefe del Ejecutivo y su gabinete. Y poco más.

Es un problema ficticio. EL CIS incluye "la Monarquía" como una de las respuestas sugeridas a la pregunta: "¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?". En en enero de 2014, cuando se fundó la formación morada, sólo un 0,6% de los españoles incluían a la Monarquía entre uno de los tres principales problemas de España. Pero es que en la actualidad ese porcentaje se ha reducido aún más, al 0,3%, es decir, la mitad.