Las últimas horas han sido horas de más tensión en la casa de Yolanda Alcaide. Yolanda ofreció su casa en Totalán a las 300 personas que trabajan en el rescate de Julen y desde entonces es en esta casa en la que se coordinan las labores. Entre los bocadillos y los refrescos que han llegado de toda la comarca se ha decidido volver a excavar. Se prolongan los trabajos en el Cerro de la Corona.

Va a hacer falta más tiempo para llegar hasta donde está Julen. A última hora de la mañana los responsables del rescate se han dado cuenta de que los tubos para encamisar el pozo vertical no entraban. Eso significa que hay que excavar de nuevo a patir de los 40 metros. Estaba previsto que esta tarde entraran los mineros de rescate con la jaula preparada al efecto. Cavar el túnel horizontal les va a suponer un esfuerzo especial. Van a trabajar en condiciones durísimas, haciendo rélevos cada 40 minutos y de rodillas. Lo confirmaba Santiago Suarez con Carlos Herrera.

La piedra es dura. La naturaleza no se pliega a nuestros deseos. Lo que está pasando en Totalán demuestra que somos limitados. Querer, por más que nos empeñemos, no es poder.

Todo Totalán y todo el barrio malagueño de El Palo, que es el barrio de Julen, sigue los trabajos de rescate. En el barrio de El Palo, el párroco de San Juan de la Cruz, Rafael Vivancos, ha escrito una carta preciosa. Rafael explica que El Palo es como un pueblo. Y que están rotos de dolor. “Uno ya está roto de dolor cuando ve la situación en Palestina y en Siria, cuando ve lo de las pateras y lo de las concertinas ¿cómo no romperte del todo cuando el dolor está al lado'”. Rafael dice que ha visto el sufrimiento humano en lugares distintos y que el dolor es el mismo. Y Rafael dice que se siente orgulloso de llorar con los que lloran, porque, explica que eso es el buen vivir. Llorar con los que lloran.

Rafael explica que él es un cristiano y que reza, reza por la familia y por los que trabajan en el rescate, reza para sentir la cercanía de Jesús. Y explica también como reza y dice: “Simplemente le decimos al Padre Dios que estamos mal, que nos duele este niño y su familia”. Rafael le cuenta a Dios lo que le duele. Pero no se dirige solo a los que creyentes, a todos nos pide que expresemos nuestro dolor y nuestra solidaridad. Para que se entienda nuestra unidad. Gracias Rafael por estas palabras sencillas y verdaderas. Se tenga o no fe es fácil reconocerse en un hombre que se compadece, que llora con los que lloran".