De Haro a las 17h: "Comprendemos a esa Blanca que se sentía pequeña y grande en medio de la montaña"
Fernando de Haro homenajea a Blanca Fernández Ochoa

Madrid - Publicado el - Actualizado
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El cuerpo sin vida de la esquiadora y medallista olímpica Blanca Fernández Ochoa, de 56 años y madre de dos hijos, fue hallado en el pico de La Peñota, cerca de Cercedilla, en la sierra de Madrid, según fuentes policiales. El cadáver, con un fuerte golpe en la cabeza, presenta síntomas de haber sufrido una caída,
Blanca te comprendemos. Blanca saliste a la sierra a buscar lo que no se encuentra en casa, lo que no se encuentra en la conversación.
Dehesas de cercedilla, y andar entre pinos, y escuchar solo tus propios pasos, y sentirte pequeño y grande en medio de la montaña. Y ver que todo se va quedando abajo, y que la sierra te da lo que no tienes, silencio, y que la sierra te limpia por dentro, y que mientras subes las cosas vuelven a ser amigas. Y gustar del esfuerzo. Tener enfrente la Fuenfría, los siete picos, arriscos, y mirar al este y ver la bola del mundo con su cumbre mansa, y un poco más al la Malaciosa siempre un poco arisca.
Detrás de la primera cima, siempre hay otra, detrás de la Bola está Peñalara y una cima llama a otra. La montaña a a veces te devuelve lo que no te da la vida. La montaña te hace seguir subiendo.
Descanse en paz Blanca Fernández Ochoa, a la que comprendemos en su afán de buscar siempre una nueva cima. No fue una vida fácil la tuya, Blanca. Una vida de sacrificio, como la de cualquier esquiador olímpico, una vida difícil.
Ahora, después de esta operación rescate, que ha sido una operación en la que se ha hecho evidente que una vida vale cualquier esfuerzo, que una vida requiere de toda la energía y de toda generosidad, debería llegar el momento de la discreción, el momento de no convertir en información macabra o en información amarilla todo lo que haya en torno a la muerte de Blanca Fernández Ochoa. Ahora tendríamos que ser discretos, no intentar ahondar en cada detalle, en cada rincón de un alma que siempre es inescrutable.
Descansa en paz, Blanca Fernández Ochoa.