En la semana del Día de la Madre, 'La Noche de COPE' ha homenajeado a las otras maternidades como la que viven las mujeres que están en prisión. Cuando se cierran las puertas, niños y madres permanecen en vigilancia. Sin embargo, llega el fin de semana y los peques salen para vivir las experiencias que no tienen entre rejas. Para superar los déficits sociales y de convivencia de los niños, entran en un programa de voluntarios. La asociación Ampara lleva más de 20 años dedicada a la exclusión social del ámbito penitenciario.

Su programa 'Malala' se centra en los menores de tres años y María Becerril, presidenta de esta ONG, explica en 'La Noche de COPE' cómo es su trabajo: "Somos voluntarios penitenciarios, entramos a ayudar a la gente que vive allí, a la gente que nadie quiere ver y, sobre todo, a ayudar a estos niños que viven en prisión con sus madres. Firmamos un convenio con las madres para su desarrollo materno-filial y también celebramos los cumpleaños de los niños, que parece que es muy fácil, pero tienes que meter una cámara de fotos, que está prohibido, y que tengan un recuerdo con su tarta, metemos todo lo que es la merienda, los regalos hacemos la fiesta...".

Durante los primeros años de la infancia se tienen que trabajar muchos estímulos, y la limitación del espacio y personas supone un gran problema para esto. María Becerril concreta en 'La Noche de COPE' que "es difícil que la madre esté sin su hijo, porque los tres primeros años son muy importantes". "Es verdad que no es el sitio más adecuado para que esté un niño, pero nosotros lo que intentamos es todos los fines de semana del año, sacamos a los niños que autorizan sus madres, una media entre 15 y 20 niños, sábados y domingos y los llevamos al aire libre que respiren".

Una preocupación

María Becerril concreta en 'La Noche de COPE' que se van "sin funcionarios una semana con las madres que tienen su permiso con los niños y con voluntarios": "Entonces se vive un ambiente completamente diferente". La presidenta de Ampara detalla qué consecuencias tiene esta labor que hacen en las cárceles españolas, siempre con el objetivo de que esta etapa sea un aprendizaje mediante esta maternidad inusual, que puedes escuchar aquí. Les ha tocado salvar un entorno radicalmente distinto al que cualquier madre imagina, así que el reto es que ellos sean capaces de construir una vida diferente.

Dentro o fuera de la cárcel, estos hijos e hijas y estas madres sienten lo mismo y con idéntica fuerza, tal y como refleja María Becerril a Beatriz Pérez Otín: "Generalmente, las madres suelen tener hijos fuera también y entonces tienen una preocupación, primero porque están cumpliendo una condena y, encima, están embarazadas, entonces tienen todas las preocupaciones que se las transmiten a los niños. Instituciones Penitenciarias hace un trabajo excepcional conjunto con nosotras. También hacemos campamentos y sacamos a las madres que tienen permiso, que tienen un grado que se lo permite".