La borrasca Gloria, uno de los peores temporales que ha azotado el Mediterráneo en las últimas décadas, dejado un balance devastador con 14 muertos y cuantiosos daños materiales. Ayuntamientos como el de Bellguard en Valencia, plantean dejar su playa en su estado natural, es decir, al descubierto tras ser destrozada por Gloria. Lo que nos lleva a cuestionar el estado de este mar. El por qué de estas olas de más de diez metros de altura en un mar que habitualmente está tranquilo.

Estamos hablando de un mar que está rodeado de tres continentes: África, Asia y Europa, que en parte, están influyendo en los cambios que presenta en los últimos años. A pesar de su excepcional riqueza. Los cambios que ahora sufre son impulsados sobre todo por la acción del hombre. El cambio climático, la subida de la tempera en los océanos o los flujos migratorios, están haciendo del Mediterráneo un mar diferente a lo que recuerda José Ignacio, tiene 48 años es pesquero y lleva en contacto con este mar desde los 11 años. Asegura que “... con la edad que tengo y con lo que he vivido...tal vez en los años 40 viere alguna foto de mi abuelo con olas de algún temporal. Pero lo que ha pasado estos últimos días atrás, nunca lo he visto.”

El calentamiento es algo real, los océanos están absorbiendo la mayor parte del exceso de energía que surge de los gases de efecto invernadero emitidos por la actividad del ser humano.

Revertir esta situación es algo que está en nuestras manos, como seres humanos, pero aun así no está en nuestras manos tomar las medidas pertinentes. En el Mediterráneo en concreto, Grammenos Mastrojani, que es Vicesecretario General de Unión por le Mediterráneo encargado del cambio climático, nos asegura “que todos los países tienen que tomar las mismas medidas, de nada sirve que lo hagan algunos países y otros no”.

Estamos sacudiendo el Mediterráneo con nuestros actos y las consecuencias se traducen en borrascas como Gloria. La idea no es otra que seguir concienciando sobre el cambio climático y la contaminación. Todo lo malo que vertemos en el mar, tarde o temprano el mar nos lo devuelve de la manera menos esperada.