La historia que hay detrás del mítico descenso del Sella
En 1929, Dionisio de la Huerta volvió a su tierra de vacaciones y con dos amigos más decidieron realizar una pequeña excursión

La historia que hay detrás del mítico descenso del Sella
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Os invitamos a descender, a dejaros llevar por la corriente río abajo y a disfrutar de un paisaje con mucho encanto. Y es que Asturias tiene una magia natural capaz de embrujar a cualquier persona que la visite. Cada año, miles de visitantes, disfrutan de esta maravilla y este fin de semana más aún porque se celebra la octogésima tercera edición del Descenso Internacional del Sella. Una excusa perfecta para planificar una escapada a Ribadesella. Piragua en mano y traje de neopreno preparado pero antes de zambullirnos de lleno en el Sella, vamos a conocer un como más de Ribadesella porque tiene muchas opciones de ocio perfectas para una escapada.
Es parada obligatoria visitar los palacios y casas indianas junto a la imprescindible caminata por el paseo marítimo para conocer la playa de Santa Marina, espectacular playa urbana de 1500 metros de arena dorada, o como yo diría, de pan rallado, y por supuesto el casco antiguo.
Además, en el entorno hay importantes cuevas con pinturas rupestres prehistóricas destacando la cueva de Tito Busitllo, descubierta hace más de 50 años, incluida en la lista de monumentos patrimonio de la humanidad de la UNESCO.
Después de haber hecho este pequeño recorrido por Ribadesella, vamos a centrarnos ahora sí, en el Descenso. Es una prueba a nivel internacional que se celebra todos los años el primer sábado del mes de agosto, siempre y cuando no caiga en 1. Pero ¿por qué? Según Pino Pérez “fue Dionisio de la Huerta quien así lo estipulo”.
El recorrido se realiza entre las localidades de Arriondas y Ribadesella. En total son unos veinte kilómetros. Por su espectacularidad e historia, ha sido declarada fiesta de interés turístico. Y aunque últimamente es más conocida, esta fiesta tiene años de historia, todo se remonta a la década de los treinta. Concretamente en el año 1929 cuando Dionisio de la Huerta que vivía en Barcelona volvió a su tierra, Asturias, de vacaciones y con dos amigos más decidieron realizar una pequeña excursión.
Durante los años de la Guerra Civil, como casi todo, se vieron obligados a interrumpirlo y volvió en 1951 siendo ya a nivel internacional. En dicha prueba llegaron a participar piragüistas italianos y portugueses. A partir de ahí ha sido un no parar llegando a más de 1400 embarcaciones cada año. Esta prueba es la más conocida del piragüismo. Además, la programación festiva no tiene desperdicio y mucha gente va simplemente para participar en las actividades lúdicas sin hacer el descenso en canoa, aunque ya que vas tiene que ser casi obligatorio.
Y después de disfrutar de esto, nos zambullimos en el río. Pero ¿qué necesitas para competir? Y lo más importante ¿lo puede hacer todo el mundo? Como nos cuenta Pino “solamente los que están afiliados pueden competir”. O sea, tú puedes hacerlo en cualquier época del año pero hoy solo pueden los competidores. Y como siempre, después de disfrutar de todo esto, podemos hacer parada y degustar la maravillosa comida que nos regala el principado con productos fantásticos del mar Cantábrico, el cachopo, la fabada… ya se nos hace la boca agua.