A lo mejor has deseado alguna vez volver al colegio. Cuidado con lo que deseas porque podría hacerse realidad y de hecho hoy podemos volver al colegio pero en su versión electoral. Lo hacemos porque Pedro Sánchez suspendió en septiembre en su negociación y ahora tiene que repetir... repetir elecciones.

Así que en eso estamos. 37 millones de españoles estamos llamados a las urnas, el censo más alto de la democracia.

Para los amantes de la cifras curiosas aquí dejamos algunas; 226 mil jóvenes votan hoy por primera vez al haber cumplido ya 18 años aunque el grueso de votantes se encuentra entre los 40 y los 59 años. Hay 350 escaños del Congreso en juego y para cada una de esas butacas, 4.456 aspirantes.

En total se han impreso más de 400 millones de papeletas y 68 millones de sobres.

Más de 92.000 mil efectivos de las Fuerzas de Seguridad trabajarán hoy para garantizar la normalidad. Al rededor de un 10% de ese operativo, en Cataluña. Todo el cuerpo de Mossos activado con el refuerzo de 2000 agentes de Policía Nacional y Guardia Civil.

Pero hoy, en principio, no le interesa al independentismo radical remover el día electoral. El argumento es el mismo de ayer. Saben que si hoy se monta el lío y se les va de las manos, podrían perder votos y al independentismo le conviene estar en el Congreso, en Madrid incluso a los antisistema de la CUP que se presentan a estas generales. Todo esto puede influir y también las penas de prisión de hasta 3 años por tratar de boicotear unas elecciones.

En resumen, amplio dispositivo de seguridad en lo físico y en lo virtual, con una importancia crucial. A las 8 de la tarde, cuando cierren los colegios, el centro de datos comenzará a recibir de forma telemática los resultados de decenas de miles de mesas electorales por toda España. Los tramitará y los irá ofreciendo poco a poco. Nada puede fallar porque ningún resultado puede ser puesto en duda. Por eso, este sistema informático es uno de los más protegidos y por eso, este sistema informático es también uno de los más amenazados.

Dicen los expertos que atacar con éxito este sistema es tremendamente complicado pero el daño que puede causar si se bloquea o se viene abajo y la repercusión que tendría paralizar unas elecciones hace que sea un pieza codiciada para los hackers con malas intenciones, que los hay, dentro y fuera de España. Ya lo han intentado y lo intentarán.

Centenares de especialistas de diferentes organismos del Estado llevan semanas rastreando la red, en superficie y en las profundidades, la deepweb, para encontrar cualquier indicio de amenaza. Hoy están, otra vez, ante otro gran reto. De las pocas cosas buenas que tiene repetir tantas veces unas lecciones es que por lo menos, en estas cosas, ganamos experiencia.