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Esto ha situado al sector del ocio nocturno en la mira de las administraciones que no están dudado en cortar por lo sano a la hora de restringir horarios de discotecas o bares de copas, sino cerrar directamente estos negocios. Puede ser necesario por salud pública. Desde luego. Pero económicamente es un problema porque el sector mueve mucho dinero en un país como España. Además es un sector también tocado porque viene de meses con el cierre echado y ahora se le vuelve a penalizar en plena época de verano.

En muchos casos, no es el empresario o los trabajadores quienes incumplen las medidas sino los clientes que entre baile y baile se pueden relajar. Se diluye la responsabilidad individual y eso lo van a acabar pagando el sector en general.

Ni de fiesta, ni trabajando, ni en ningún ámbito el coronavirus es ninguna broma. Ya lo sabemos, por desgracia.

A diferencia de la situación durante el estado de alarma donde estuvimos a merced del viento ahora existe una oportunidad de prevención y para ello la detección puede resultar fundamental. La Rioja acaba de anunciar pruebas PCR para todos los temporeros que lleguen a la vendimia, incluídos lo que no tengan papeles.

Pero La Rioja parece una excepción. La cuestión es si, a nivel general, se está poniendo estos medios, y si es así, si están poniendo de forma suficiente o si se están poniendo de forma adecuada, por ejemplo en el Aeropuerto de Barajas, cuyos controles son objeto de critica por parte de la Comunidad de Madrid o la Región de Murcia.

Al final hay varias cuestiones que surgen. ¿Hace falta mayor unidad de acción entre todas las regiones? ¿Hace falta una coordinación nacional?

Desde el final del estado de alarma el ministerio de Sanidad ha pasado del todo a la nada y ha quedado casi como un convidado de piedra. El ministro Illa se nos aparecía hasta en los sueños y ahora no sabemos nada.

El próximo 31 de julio hay convocada una conferencia de presidentes autonómicos en La Rioja, en San Millán de la Cogolla. Será la primera vez que Pedro Sánchez se vea cara a cara con los presientes regionales. No estaría mal, sería deseable, que sacaran algo en común, más allá de discutir el reparto del dinero de los fondos de reconstrucción europeos.