Ángel Expósito, con un equipo de La Linterna, se ha desplazado a la frontera entre Ucrania, Moldavia y Rumanía para comprobar cómo se encuentran la situación a escasos kilómetros de la peor guerra de los últimos años y que protagonizan Ucrania y Rusia, tras la invasión de esta última a la primera hace año y medio, aproximadamente.

Tras visitar el centro de refugiados de Galati, cruzar el Danubio, nos situamos en la frontera sobre el Danubio que une Ucrania con Rumanía. El tránsito comercial y de personas entre una orilla y otra es constante, especialmente de cereales.

Desde aquí el cereal procedente de Ucrania entra en Europa en camiones o en barco por el Danubio. La tercera vía es a través del Mar Negro hasta el Mediterráneo.

Un punto, no solo clave en lo militar -la guerra está enfrente-, sino fundamental en lo económico y para la alimentación, las cosas de comer. Ucrania era el granero europeo. Ese grano se destinaba para dar de comer al ganado en España. Rusia y Ucrania llegaron a un acuerdo para permitir que el grano ucraniano pudiera salir del país y llegar a Europa y ese acuerdo logró que se estabilizaran los precios y que no se disparase aún más la inflación y el precio de la cesta de la compra.

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Los camiones ucranianos atraviesan el Danubio llenos de grano y llegan a Rumanía desde donde se distribuye su mercancía. Una vez descargan, regresan vacío a esta frontera para hacer el recorrido inverso.

En el centro de refugiados de Galati: "No olvidemos a las madres ucranianas con sus hijos"

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Más de 7,5 millones de ucranianos, la mayoría mujeres y niños, han salido de Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa. Son refugiados en Europa. Casi un tercio habría vuelto al país.

En sólo año y medio han huido de Ucrania más personas que los siete millones que han saliedo de Venezuela en años y años de crisis o los 5,5 millones que escaparon de Siria en más de una década de terror.

El mayor éxodo se produjo en los primeros meses del conflicto, aún hay quien sigue huyendo de su país. Es el caso de Lisa y de su madre, Lilia. Son de Jerson, una de las zonas más afectadas por los bombardeos y por la ocupación rusa. Decidieron cruzar la frontera hace solo unos días como le cuentan a Expósito.

Lisa tienen 13 años y en tan solo una semana se ha ganado a todo el personal del centro de refugiados en el que viven. La frontera se ha convertido en un cruces de caminos. Y es que hay quien sale de Ucrania como Lisa y su madre, pero cada vez son más los que han decidido regresar.