La emotiva razón de Paco para correr una maratón de 101 km en Málaga a los 81 años: "Se cayó en el kilómetro 75 y siguió sin decir nada"
Expósito cuenta la historia de un malagueño que ha dado un ejemplo a su hija y a su nieta al completar la carrera de los 101 en el municipio de Ronda
Paco, junto a su hija y su nieta al terminar los 101 de Ronda
Madrid - Publicado el
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Paco, Lupe y Ana son de tres generaciones diferentes, pero todas son apasionadas al deporte y se apoyan y acompañan mutuamente. Y es que hace unos días, la familia Arévalo estaba dispuesta a correr la maratón de 101 kilómetros en la Serranía de Ronda, en Málaga, y aunque todos sean deportistas, lo cierto es que Paco, el abuelo, tiene 81 años y cuenta con una razón muy especial para completarla.
Los 101 kilómetros de Ronda
Una prueba que comenzó hace 30 años y que se celebra el segundo fin de semana de mayo. Surgió como parte de los actos que conmemoraban el 75 aniversario de la Fundación de la Legión y la competición no solo une deporte y naturaleza, sino que también se muestra el fuerte nexo que existe entre La Legión y la población de Málaga.
Así Paco, de 81 años, ha decidido participar este año junto a su hija, Lupe y su nieta, Ana. Y es que la familia Arévalo se enfrentó a una prueba dura para intentar terminarla juntos en 24 horas pero Paco, en realidad, empezó a correr como forma de terapia. “Yo padezco Parkinson de grado 2 desde hace 6 años y creo que esto le convendría mucho a las personas que tienen cosas neurológicas porque el deporte atrasa mucho las dificultades de las neuronas”, asegura el propio Paco en La Linterna. “Yo por eso sigo, sigo, sigo y a veces el Parkinson no se me avanza mucho”.
Lupe y Ana ayudan a Paco en los 101 km de Ronda (Málaga)
Y es que Paco se introdujo en estas carreras descubriéndolo de forma casual: “Yo he sido deportista, he jugado al fútbol, he montado en bicicleta, pero esto de las carreras no lo había yo efectuado nunca”, explica Arévalo en los micrófonos de COPE. Reconoce que fue una frase de 2005 la que cambió su perspectiva. “Una joven que estaba en el gimnasio me dice, ¿por qué no haces los 101, que eso es para ti? Y ahí me apunté en el 2006 en mi primera experiencia”.
El orgullo de los Arévalo
El recorrido de esta prueba no es fácil, la ruta muy exigente, con subidas y bajadas pronunciadas y una distancia que solo de pensarlo ponen los pelos de punta. Y algo así le ocurrió a nuestro protagonista, que pensó incluso en abandonar. “Al llegar a la meta, que tuvimos una casa alquilada en Ronda, dije 'mira que yo no vengo a esto más, esto es más duro que la nada, yo no vengo más'. Pero, al llegar a la casa de Málaga digo 'yo el año que viene voy otra vez', y así, esta es mi catorce edición, de las cuales he terminado nueve y el cinco pues me he retirado”, concluye Paco.
Los 101 lo descubrió de forma inesperada, pero poco a poco empezó a incluir a su familia. De hecho, la primera carrera de su hija fue en el 2017 y en la prueba del pasado 10 de mayo, Paco, participó junto a su hija Lupe, y su nieta Ana, que debutaba este año, en este tipo de prueba. “Esto es lo más grande que me ha pasado, tú no sabes la alegría que llevo en el cuerpo durante todo el camino, además la preocupación sobre toda la niña, la chicaque me preguntaba si había bebido y si había comido”, cuenta el abuelo a Expósito.
Ana, a sus 24 años, está muy orgullosa de haber entrenado durante meses con su abuelo y su madre y se siente muy afortunada de compartir momentos inolvidables a través de los montes de Málaga. Casi podría decirse que los 101 han sido la excusa para disfrutar más del tiempo juntos. “Casi todo el deporte que hago lo hago con mi madre, tanto gimnasio como correr”, explica la nieta en COPE. “También poder compartir entrenos con mi abuelo, nosotros lo hacemos juntas, los entrenamientos lo hacemos juntas, yo todo el deporte que pueda hacer con mi madre es un regalo”.
Centenares de personas esperan para salir en la maratón de Ronda en bicicleta
Momento crítico en el kilómetro 75
Pero como en toda historia, siempre hay un momento crítico: Paco, que padece Párkinson en grado 2, tuvo un percance durante la carrera y en ese momento el tiempo se les detuvo a los tres. Sin duda, como cualquier persona que pertenece a una generación de hierro, el abuelo de Ana le acabó dando una lección.
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“Flipaba con mi abuelo porque se cayó al kilómetro 75 o así, él podría haber abandonado, por lo que para mí fue como una lección de vida”, confiesa Ana. “Te puedes no levantar, y él se levantó, y siguió, siguió, siguió, y yo muchas veces decía, yo creo que es mejor que a lo mejor abandonemos para que mi abuelo se le cure bien la herida y tal, y ver que él seguía, y ni mencionaba que se había caído, por lo que para mí fue una lección”, relata.
Paco sabe que los 101 no solo es una prueba física, también una prueba emocional, y que este año era especial, así que una caída no iba a poder con él. Este pequeño inconveniente pudo superarse y gracias a la fortaleza física y emocional que tiene Paco se recompuso y siguió adelante.
Los tres Lograron terminar la carrera juntos en 23 horas y 58 minutos fundiéndose los tres en un gran abrazo que supo a gloria sin olvidar a su gran apoyo, su mujer, que falleció hace 26 meses.