"La falsa bomba en los bajos del coche de pedro sánchez es tan burdo que no merece más que el bochorno"

Se confirma que no hay límite. La casquería, la basura, las mentiras se entremezclan del modo más cutre posible. El torrente de Santiago Segura es un pringado frente a Leire, Santos, José o Koldo. En estas que hoy Pedro Sánchez ha montado un escenario en un hospital. En Melilla, un hospital vacío, sin acabar para soltar un speech. Esta es la España de hoy, un país que inspira como referente en derechos y en libertades, progreso, cohesión social y cohesión territorial.

España no ha dejado de avanzar por las adversas que hayan sido las circunstancias. Y bla bla bla por supuesto sin que se le pueda hacer ni una sola pregunta, menudo es él. Me detengo pues un minuto en el estercolero, en el episodio del bulo absurdo del gobierno con el ex capitán de la guardia civil y una falsa bomba en los bajos del coche de Sánchez. 

El tema es tan burdo, es tan repugnante y el nivel es tan patético que no merece más que el bochorno. Ni María Jesús Montero, Óscar López, Pilar Alegría o Patxi López han reconocido que difundieron y participaron en esa basura, en esa mentira, en ese ridículo ataque obsesivo a Isabel Díaz Ayuso. Y así les va. Y es que no hay límite, no hay más que verlos. 

¿Qué puede sorprendernos cuando tú miras la imagen, seamos sinceros, de José, Koldo, Leire, Santos y al jefe de todos ellos? Las cosas son como parecen, así de cutres. ¿Y los palmeros? Pues eso, dando palmas y jaleando trolas. La clave, aún no ha podido ni con los jueces, desde un juzgado de Badajoz al Tribunal Supremo, ni con la UCO de la Guardia Civil. Entre medias la amnistía va para adelante gracias al Constitucional, los de los ERE están en casa y Ábalos ha forado como diputado en el Congreso y así por dos añitos más en la Moncloa. Total. 

En fin, me pongo serio. Sobre la guerra de Putin, me parece un temazo. Contraataque de Ucrania en el corazón del ejército del aire ruso. Operación TELARAÑA. Cabe recordar, entre Kiev y Siberia hay más de 6.000 kilómetros. Este fin de ataque con drones contra sus bombarderos estratégicos rusos, ojo, en Siberia y el Ártico. La inteligencia de Ucrania atacó cuarenta y tantos aviones rusos, incluidos los bombarderos usados por Putin para atacar viviendas civiles en Ucrania. 

La operación es de película de espías. Kiev llevó sus drones hasta las bases rusas en camiones, atravesando toda Rusia. Para hoy está previsto el reinicio de negociaciones en Estambul. Han acordado, ya lo sabes, un nuevo intercambio de presos. Ucrania dice que lograron alcanzar 41 aviones, entre estos aviones de alerta temprana, de control, de transporte y los bombarderos. 

La duda, esta acción de inteligencia con mayúsculas, seamos sinceros, no la ha podido hacer Kiev en solitario. La evidencia son que sigue habiendo socios muy buenos y el ridículo de la defensa de Putin.