Diego Garrocho, filósofo, tras la condena a García Ortiz: "¿Quién va a ser el guapo que va a aceptar ser fiscal general del Estado con un presidente que alardea de controlar la Fiscalía?"
La condena al fiscal general del Estado por el Supremo abre una crisis institucional y siembra dudas sobre la independencia del Ministerio Público
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El fallo del Tribunal Supremo que condena al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por un delito de revelación de secretos ha supuesto un hito en la historia de la democracia española. Esta situación, analizada por Diego Garrocho en su sección 'Filosofía de Bolsillo' del programa 'La Linterna', agrava la crisis de credibilidad de una institución clave y abre el complejo escenario para su relevo, tal y como ha iniciado el Gobierno.
El analista se pregunta "¿quién va a ser el guapo que va a aceptar ser fiscal general del Estado con un presidente que alardea de controlar la fiscalía?", recordando las polémicas declaraciones de Pedro Sánchez. Garrocho considera que la credibilidad de la institución ya estaba "maltrecha" y que el posicionamiento de "tantos ministros tomando partido públicamente durante el proceso" o el "plural mayestático" empleado por Santos Cerdán al referirse al fiscal, son un "indicador claro del modo en el que el ejecutivo ha laminado la credibilidad de esta institución", un apoyo explícito reconocido por el propio Gobierno.
(Foto de ARCHIVO)El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a su salida del Tribunal Supremo, a 12 de noviembre de 2025, en Madrid (España). García Ortiz está acusado de un presunto delito de revelación de secretos contra Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid.Diego Radamés / Europa Press12/11/2025
Más allá de la gravedad de la condena, Garrocho muestra su preocupación por cómo "algunos han intentado legitimar la conducta del fiscal" amparándose en la supuesta culpabilidad de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. A este respecto, recuerda un principio fundamental: "En democracia, las garantías procesales asisten por igual a una persona inocente o a una culpable". Y añade una reflexión obvia: "en una democracia, la culpabilidad o inocencia de los ciudadanos la determinan los tribunales, y no los opinadores, ni los políticos, ni la turba twittera".
En una democracia, la culpabilidad o inocencia de los ciudadanos la determinan los tribunales, y no los opinadores"
Filósofo analista de La Linterna
El 'caso Cerdán' y la 'máquina del fango'
Paralelamente, la actualidad ha puesto el foco en Santos Cerdán. Según un informe de la Guardia Civil, el exsecretario de organización del PSOE habría participado en una supuesta trama de corrupción con hasta 6 millones en mordidas que afecta a una empresa como Acciona. "Zapatero tenía razón al referirse a Cerdán como 'Super' Santos Cerdán", ironiza Garrocho, destacando que "no se dedicaba al menudeo" sino que "picaba alto".
El ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán (c), junto a su abogado Jacobo Teijelo (c-i), ha salido pasadas las 19:15 horas de este miércoles de la cárcel de Soto del Real
Este caso le ha servido a Garrocho para recordar a "aquellas personas que hace meses se apresuraban a señalar periodistas diciendo que el informe Cerdán no existía". Considera que "muchos colegas de profesión tendrán ahora que pedir disculpas" y señala que "esos mismos que negaban el informe Cerdán son exactamente las mismas personas que hablaban de golpismo mediático y judicial" y que tildaron de "máquina del fango" a los profesionales que publicaron la información.
Urtasun y la censura a Sánchez Mejías
La tercera píldora informativa analizada es la decisión del ministro de Cultura, Ernesto Urtasun, de excluir al torero Ignacio Sánchez Mejías de la Comisión Nacional para la Conmemoración del Centenario de la Generación del 27. El motivo alegado es su profesión, a pesar de que Sánchez Mejías fue un "agente decisivo" del grupo, anfitrión del acto fundacional en homenaje a Góngora y amigo de poetas como Lorca, Alberti y Guillén que encontraron en su finca un refugio creativo.
Fue precisamente su muerte en la plaza la que inmortalizó a Sánchez Mejías, inspirando la célebre elegía de Federico García Lorca en la que clamaba "No quiero verla, la sangre de Ignacio sobre la arena". Para Garrocho, Urtasun "ha optado por adaptar la memoria a la linde de sus prejuicios" y "ejercer de censor político", falseando la historia para que encaje con sus ideas preconcebidas.
Finalmente, el analista concluye con una paradoja: "la cultura se hace grande y soberana precisamente cuando la persiguen". Estos "envites bárbaros contra la verdad histórica", afirma, pueden ser "el mejor favor que se le puede hacer al mundo del toro". Y es que, según sus palabras, "no hay mayor honor para la cultura que desafiar al poder". Gracias a la polémica, concluye, "ahora ya todos sabemos que el 27 debe mucho a Ignacio Sánchez Mejías".
No hay mayor honor para la cultura que desafiar al poder"
Filósofo analista de La Linterna
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