Pacientes con degeneración macular recuperan su visión con un chip en la retina: "Puede ser cualquier abuelo que tengamos alrededor"
Un ensayo internacional ha restaurado la visión en pacientes con esta enfermedad gracias a un chip que convierte la luz en impulsos eléctricos para el cerebro
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Perder la vista es una de las experiencias más desesperantes que puede sufrir una persona. Para quienes padecen degeneración macular, una de las principales causas de ceguera en adultos, esa pérdida de visión era hasta ahora una condena sin vuelta atrás. Sin embargo, la situación ha cambiado. En el programa 'La Linterna', Ángel Expósito ha descubierto en la sección de Ciencia con Jorge Alcalde cómo un ensayo clínico internacional ha logrado que decenas de pacientes recuperen parte de su visión gracias a un chip implantado en la retina.
Volver a ver no es un lujo, volver a ver es hasta la vida"
Director de La Linterna
Un chip que imita a la retina humana
Se trata de la primera vez que se restaura la visión en personas que la habían perdido poco a poco. El avance ha sido posible gracias a un chip que se conecta a unas gafas especiales, capaces de transformar la luz en impulsos eléctricos para el cerebro. Según ha explicado Jorge Alcalde, este dispositivo "reproduce de una manera muy fiable la labor que hacen las células de nuestra retina". Estas células son las encargadas de traducir la luz en impulsos que el cerebro procesa como imágenes. Con la degeneración macular, estos receptores dejan de funcionar, llevando a la ceguera.
Ojo: degeneración macular relacionada con la edad (enfermedad degenerativa de la mácula).
El sistema funciona con unas gafas que llevan una cámara. Esta proyecta energía de infrarrojo que activa el chip, de un tamaño minúsculo —apenas una décima parte del grosor de un cabello humano—, implantado en la retina. Esta retina artificial genera los impulsos que el cerebro puede volver a convertir en visión. Alcalde ha destacado la importancia humana de este avance: "No es ciencia ficción ni es Arnold Schwarzenegger, puede ser cualquier abuelo que tengamos alrededor".
Beneficios, riesgos y un futuro prometedor
La terapia está especialmente indicada para la degeneración macular asociada a la edad, pero los científicos no descartan que en el futuro pueda aplicarse a otras enfermedades que afectan a la visión, como las derivadas de una diabetes mal curada o de un traumatismo. Una de las grandes ventajas de esta investigación es que los efectos secundarios son muy pocos y las limitaciones, muy reducidas. Aunque recuperar la visión tras haberla perdido ya es una realidad, Alcalde matiza que "una persona que tenga una retina muy débil o que haya sido sometido a muchas cirugías" quizás no pueda beneficiarse.
Para su uso generalizado, no obstante, todavía falta tiempo. Los ensayos clínicos durarán "mínimo 5 años", según el experto. Otro factor clave es el coste, que de momento alcanza unos 150.000 dólares por intervención. Sin embargo, Alcalde ha recordado que "hay terapias que existen, incluso que son sufragadas por los sistemas sanitarios de muchos países, entre ellos España, que son más caras". En paralelo, se investiga en otras líneas fascinantes como la optogenética, que usa luz para reactivar zonas deterioradas del ojo, lo que para algunos es casi un verdadero milagro.
El efecto inesperado de las vacunas ARN: un aliado contra el cáncer
En el mismo espacio de divulgación, Alcalde ha abordado otro avance científico revolucionario: el efecto inesperado de las vacunas de ARN mensajero contra la covid-19. Estas vacunas, que recibió por primera vez Araceli en España el 27 de diciembre de 2020, han mostrado un prometedor efecto en pacientes con cáncer que reciben inmunoterapia, ya que parecen potenciar la respuesta del cuerpo contra los tumores.
La vacuna contra el virus fortalece la vacuna contra el cáncer"
Divulgador científico
Una hombre se vacuna durante el inicio de la campaña de vacunación de la gripe, en el Centro de Salud Segovia, a 15 de octubre de 2025, en Madrid
La clave está en cómo actúan estas vacunas. A diferencia de las tradicionales, no introducen el virus en el cuerpo, sino las instrucciones (el ARN mensajero) para que nuestras propias células produzcan una proteína del virus. El sistema inmunitario la reconoce y genera anticuerpos, preparándose para una futura infección. Lo que se ha descubierto es que esta potente activación del sistema inmune también ayuda en la lucha contra tumores. "Nuestro cuerpo (...) ha ayudado a que otras partes de nuestro sistema inmunitario se reactiven, se sobreentrenen, y por eso pueden combatir mejor un futuro cáncer", ha explicado Alcalde.
Este hallazgo podría revolucionar los tratamientos oncológicos. Aunque no se tratará de una vacuna para prevenir el cáncer, conocer este mecanismo permitirá diseñar futuras inmunoterapias "todavía más potentes". El objetivo es extender los beneficios de la inmunoterapia a más tipos de cáncer para los que hoy es menos eficaz, abriendo una nueva puerta a la esperanza para millones de pacientes.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.