Cipri pasaba cada mañana por delante de un muro vencido y terminó descubriendo un tesoro con 200 años de historia: "Soy agricultor y mi padre guarda los tractores enfrente"
La perseverancia de un agricultor de Arganda del Rey saca a la luz la olvidada ermita de Vílches, un tesoro arquitectónico cerrado desde el año 1812
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Hay historias que, como las semillas, germinan bajo tierra hasta que encuentran el momento de ver la luz. En Arganda del Rey, un municipio al este de la Comunidad de Madrid, unas piedras han esperado más de 200 años para ser descubiertas. Se trata de la antigua ermita de Vílchez, cerrada desde 1812 y olvidada por casi todos, pero no por Cipri, un agricultor local. Su historia, un ejemplo de tesón y amor por sus raíces, ha sido contada en el programa La Linterna de COPE con Ángel Expósito, y se suma a otros hallazgos asombrosos, como el de un obrero en Alicante que descubrió una joya histórica.
Cipri, que trabaja en la Cooperativa Vinícola de Arganda, pasaba cada mañana frente a lo que muchos consideraban unas simples ruinas. Para él, sin embargo, era un pedazo de su historia. "La ermita la descubro porque mi padre también es agricultor, yo soy tercera generación, y la nave donde mi padre guarda los tractores está justo enfrente", ha explicado. Esta cercanía forjó un vínculo que ha durado toda una vida: "Llevo toda la vida yendo al campo con mi padre, entonces, esa ermita la llevo viendo toda mi vida".
Un hallazgo fruto de la casualidad
La historia dio un giro cuando la cooperativa decidió plantar nuevos viñedos. Las dueñas del terreno cedieron la ermita al ayuntamiento y alquilaron los campos cercanos. Fue entonces cuando Cipri se acercó a las piedras con otra mirada, imaginando su pasado como lugar de culto, con manuscritos del siglo XIV y posibles restos aún más antiguos. Vio lo que podría volver a ser y decidió actuar, contactando primero con el Ayuntamiento de Arganda y después con la Comunidad de Madrid.
El impulso definitivo llegó en un encuentro casual en el Salón de los Vinos de Madrid. Allí, mientras representaba a la vinícola, Cipri conoció a Bartolomé, el director de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. "Tenía material en el teléfono móvil de la plantación del viñedo, de la ermita", ha recordado Cipri. Le mostró las imágenes y le transmitió la importancia de "recuperar nuestras raíces, que eran nuestros antepasados, los de un municipio de 60.000 habitantes, pero que un día fue una aldea mantenida por agricultores". Este tipo de hallazgos, a veces fortuitos, como el tesoro descubierto con un detector de metales que cambió la historia de Palestina, demuestran el valor de la curiosidad.
Le dije lo importante que era recuperar nuestras raíces, que eran nuestros antepasados"
Agricultor de Arganda del Rey
La memoria de un pueblo
Pocas semanas después, los técnicos llegaron a la ermita con drones para iniciar los trabajos de limpieza y clasificación. En septiembre, las primeras máquinas y obreros comenzaron la tarea de devolverle la dignidad al pequeño templo, abandonado desde los tiempos de la peste. Para Cipri, el proyecto es una forma de honrar su pasado y el de su pueblo. "Yo echo mucho de menos mis raíces, echo mucho de menos lo que me cuentan del pueblo de antiguamente", ha confesado.
Ermita de Vilches
Su motivación va más allá de la recuperación de un edificio; es una cuestión de identidad. "Quiero mucho a este municipio. Él no me ha pedido nada por tener que nacer aquí. Lo mínimo que puedo hacer por el municipio es respetarlo, cuidarlo, mantenerlo y engrandecerlo", afirma con convicción. Por eso, para él, la rehabilitación del templo es algo personal: "El rehabilitar esta ermita es recuperar parte de mis raíces, y mis raíces eran agrícolas".
El rehabilitar esta ermita es recuperar parte de mis raíces, y mis raíces eran agrícolas"
Agricultor de Arganda del Rey
Un futuro por escribir
Hoy, aunque quedan estudios pendientes y decisiones por tomar sobre su uso final —quizá un aula de interpretación o la reconstrucción de su cúpula—, la ermita ya no pasa desapercibida. La sensación al entrar, según Cipri, "impone". Uno puede imaginarse "las misas, dónde colgarían retablos, dónde estaría puesto el crucifijo". A veces, las conexiones con el pasado aparecen en los lugares más inesperados, como le ocurrió a quien descubrió la historia de su bisabuelo en una residencia de Cuenca.
Cuando la ermita de Vílchez reabra sus puertas tras dos siglos de silencio, se habrá recuperado un símbolo de la historia de la comarca. Un tesoro que ha vuelto a la vida gracias a la mirada de un agricultor de Arganda del Rey que, pasando cada día por delante de un muro vencido, vio una forma de reencontrarse con sus raíces.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.