Irene Pozo: "La educación permite caminar hacia un mundo más justo y más humano"
Irene Pozo reflexiona sobre el documental Canillitas y sobre el trabajo infantil
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Actualizado 00:20
Hoy te quiero hablar de la historia de un abrazo. Uno de esos que, de forma inesperada, tocan el corazón y te descolocan de tal manera que es imposible olvidarlo.
Se llama Moisés y ayer cumplió catorce años. Es tan solo un niño pero podríamos decir que ya ha vivido prácticamente una vida. Desde hace 4 años cada mañana se echa a la calle y empieza a trabajar en la Ciénaga una de las barriadas más pobres y más peligrosas de República Dominicana.
Moisés es limpiabotas y cada día gana unos 1.500 pesos, lo que serían en España unos 20 euros. Ese dinero no se lo queda para él. Lo llevaba a su casa para comprarle medicamentos a su abuela enferma. La madre de Moisés tiene miedo de que a su hijo le pase algo. Y cada día que se entera que vuelve a salir a la calle para trabajar, le pega. Sin embargo, Moisés no encontraba otra salida ni para su futuro ni para el de su familia. No podía dejar de trabajar en la calle....estaba en una rueda de la que era muy difícil salir. Él era uno de los más de 160 millones de niños y niñas en el mundo que se ven obligados a trabajar y que no tienen fácil asistir a la escuela.
Un día en las calles de República Dominicana Moisés, se encontró con un joven que le convenció para que se acercara al centro canillitas con Don Bosco. Un colegio de los misioneros salesianos en el que los niños aprenden y toman conciencia de que pueden tener otro futuro. Desde que Moisés entró en este centro, su vida cambió. Ante él se abría un horizonte de oportunidades.
Estos días he podido compartir un rato con él, con Moisés. Ha recorrido más de 6.000 km y un océano por medio para presentar Canillitas, un documental de Misiones Salesianas en el que se muestra la realidad del trabajo infantil en muchos lugares del mundo.
Moisés es uno de los protagonistas de este trabajo, él es muy inquieto y le gustaría ser abogado, o cantante, no lo tiene muy claro. Lo que si tiene, son sueños. Unos sueños que el centro ‘Canillitas con don Bosco’ le está ayudando a cumplir. El artífice de este lugar es Juan Linares. Un misionero salesiano que en el año 1985 decidió que había que hacer algo para ayudar a los niños que crecían en la calle. En sus 38 años de labor ha acompañado a más de 90.000 niños que hoy son hombres. Les ha enseñado un camino distinto al de trabajar en la calle. Y sobre todo les ha invitado a soñar. A soñar en grande porque a veces esos sueños, se cumplen.
Juan Linares y los misioneros salesianos son conscientes de que la educación puede transformar a las personas, abrir una nueva realidad. La educación permite caminar hacia un mundo más justo y más humano.
Lo dicho, el abrazo que me dio Moisés fue un abrazo, con corazón. Y con el sueño de un futuro cargado de esperanza. Un futuro ilusionante.

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