“La ciencia no engaña: en Marte puede haber huellas de vida fósil”
El profesor José Antonio Manrique pide prudencia pero reconoce que los hallazgos del Perseverance abren la puerta a un descubrimiento histórico.

José Antonio Manrique, en Herrera en COPE
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El físico vallisoletano José Antonio Manrique, profesor de la Universidad de Valladolid y miembro del equipo científico de la misión Mars 2020, ha explicado en los micrófonos de COPE que los últimos resultados del rover Perseverance constituyen “unos candidatos a biofirmas bastante sólidos”, aunque insiste en que “la ciencia no engaña” y todo hallazgo debe pasar por la verificación del método científico.
En la entrevista con Alberto Herrera, Manrique ha recordado que las muestras recogidas en lugares como Chiava Falls y Sapphire Canyon han superado la revisión por pares, lo que les da “un respaldo crucial dentro de la comunidad científica”. No obstante, ha advertido que “puede ser que en el futuro se desacredite el origen biogénico de estas firmas” y que la honestidad científica obliga a plantear siempre escenarios alternativos, como un origen abiótico.
Preguntado sobre qué haría falta para anunciar sin reservas la existencia de vida en Marte, Manrique ha señalado que “sería necesario encontrar restos unívocos de microorganismos o moléculas inequívocas como el ADN”, algo difícil debido a las condiciones hostiles del planeta rojo. De ahí la importancia de traer las muestras a la Tierra: “Un rover tiene muchas limitaciones, necesitamos laboratorios completos”.
El científico ha reconocido que, si se confirmara la vida microbiana pasada en Marte, “nos abriría la puerta a pensar que la vida es altamente probable en otros planetas”. Aun así, ha recordado que no existen aún pruebas claras del proceso que convierte una química prebiótica en un sistema vivo.
Respecto a los plazos, Manrique ha sido prudente: “2040, como pronto, podríamos tener las rocas en la Tierra si se aprueba la misión de retorno”. No ha descartado, sin embargo, que la llegada de astronautas a Marte acelere ese proceso y que, eventualmente, “esas muestras puedan venir también a España y ser estudiadas por científicos de nuestro país”.