El lunes pasado Lola Flores habría cumplido 96 años. Una efeméride que aprovechamos para recordar la grandeza de la Faraona. Lola Flores fue la última de las grandes cantantes de la posguerra y la primera rumbera. La fuerza de su personaje público, tantas veces jaleada en las páginas de la prensa rosa, se impuso a su obra; pero ya ha pasado mucho tiempo como para ignorar el valor de su producción musical.

Esta semana con la ayuda de Fidel Moreno, autor del ensayo 'Qué me estás cantando', recordamos sus primeros éxitos en los lejanos años 40.

La Faraona, la Lola de España… Así la llamaban, reconociendo su grandeza. Lola Flores, por un lado encarna el papel estereotipado de la gitana, pero también acaba coronada como la Lola de España, como la encarnación de la quintaesencia del ser español. De hecho, en su biografía el elemento español está presente desde su mismo nacimiento. Cuentan que en su casa de Jerez de la Frontera, cuando nació, el 21 de enero de 1923, en el bar que su padre tenía en la planta baja, un cliente al oír el primer llanto de la niña recién nacida, se arrancó con su acordeón interpretando con mucho fuelle La Marcha Real.

El primer disco que graba Lola Flores es un disco de pizarra, hacia el año 1940, con dos temas de Genaro Monreal —en cuya academia se preparaba—. En la cara A iba Cuatro sevillanas de baile. En la cara B se marcaba una copla excelente, Pescaero, donde la novia de un pescador cuenta las desdichas de estar con un hombre que todas las noches sale a pescar.

Pero su primer éxito fue El Lerele, también del maestro Monreal. Ella entra en el espectáculo Cabalgata (1942), un espectáculo de León y Quiroga hecho a la medida de una cantante entonces muy famosa que se llamaba Mari Paz, y le dejan interpretar El Lerele, de Francisco Muñoz y Genaro Monreal. Y triunfa apoteósicamente. Al día siguiente del estreno en el Teatro Fontalba de Madrid, la crítica del espectáculo ya cuenta que el público entusiasmado la obligó a repetir tres veces la canción del Lerele.

Y si hay otro tema que ha pasado a la historia de la discografía de Lola Flores fue La Zarzamora, una canción que sale del espectáculo Zambra. Una copla donde la protagonista se retrata como la perdedora que a todas horas llora que llora por los rincones. La Zarzamora, de Quintero, León y Quiroga, es la historia de una mujer de hielo y ojos negros como las moras, que primero había sido de un tratante y luego de un marqués, y que iba presumiendo de romper corazones… hasta que prueba con gran dolor su propia medicina. Se enamora perdidamente de un hombre que estaba casado y eso es lo que le pasa, ese es el motivo de que la Zarzamora llore por los rincones