Tomás Laso-Argos es de esas personas que tienen estilo propio y no es para menos. Estudió derecho y fundó dos franquicias de ropa que darían luz a su proyecto Absolute Bespoke, un servicio de ropa a medida sin tienda física y con un servicio muy personal. En este espacio, es posible adquirir prendas, complementos e incluso coches al más puro estilo de su fundador. Pero también es un lugar donde compartir experiencias en torno a los viajes o el arte. En poco tiempo, se ha convertido en la marca española que viste a los hombres más poderosos del mundo.
"Cada uno tiene que vestir como quiera, no debe haber ningún código, eso se va aprendiendo poco a poco. Las líneas que no debemos cruzar a la hora de ponerse un traje, es la combinación de colores, aunque eso va cambiando. Los protocolos están para romperlos".
Sobre su gusto por la sastrería y sus comienzos, ha manifestado: "A mí de pequeño siempre me ha gustado la ropa, he ido aprendiendo y cuando tenía 20 años, pude montar una franquicia de una marca de unos amigos donde aprendí bastante. A la hora de montar esa franquicia, aprendí sobre el negocio y sobre la responsabilidad de tener personal".
Sobre su marca Absolute Bespoke: "Nosotros empezamos boca a boca, yendo por las casas. Tenemos un teléfono donde llamas y gestionamos. Intento atender a todos los clientes. Lo más difícil de todo en cualquier proyecto si quieres ir a lo más alto, es nunca prostuir tu marca y cuidar mucho cada detalle".