Se cumplen 72 horas de la detención de Camila Acosta en Cuba. La periodista corresponsal de ABC, fue detenida el pasado lunes en La Habana tras cubrir las protestas del pueblo contra el régimen cubano, simplemente por hacer su trabajo: informar.

Una situación preocupante porque no se ha podido hablar con ella y según publica ABC esta mañana, finalmente el padre ha podido dar con ella y saber que se encuentra en “la estación policial 10 de octubre” aunque al principio le habían informado que había sido trasladada a ‘100 y Aldabó’, una de las cárceles más temidas del país.

En ‘Herrera en COPE’ hablamos con Ricardo González Alfonso, un disidente cubano que pasó 7 años y 4 meses en tres cárceles cubanas “por el delito de ejercer mi profesión me condenaron a 20 años de prisión”, dice Ricardo, Una situación similar a la de Camila pues Ricardo es periodista, escritor y poeta.

Describe Ricardo el estado de esas cárceles: "las paredes de atrás filtran aguas fecales y hay que poner toldos de lona para que esas aguas no caigan en los colchones. Las celdas son de tamaño reducido, 180 por 3 metros para vivir. El váter es un agujero en el suelo y como ducha un tubo por el que cae el agua”.

Si la descripción de la celda ya hace tener una idea de cómo se vive preso en Cuba, lo entendemos mejor cuando González nos cuenta la “tortura psicológica” a la que les someten. “Había meses que teníamos una luz permanente y otros meses en los que no teníamos luz alguna”, y destaca “si vemos palizas en las calles, imagínense en las celdas donde nadie les ve” y asegura haber sido testigo de terribles palizas pero a él nunca le llegaron a golpear.

Ricardo que cumplió algo más de 7 años de una condena de 20, vive actualmente en España y cuenta que “nosotros éramos unos prisioneros VIP porque teníamos el apoyo de todas las organizaciones internacionales” y aboga para que en estos momentos se lleve a cabo ese apoyo “porque es un alivio para el que está detenido”.

Una dramática experiencia que Ricardo González Alfonso nunca olvidará, pero de la que dice que pudo superar gracias a su “sentido del humor y la escritura” ya que durante el tiempo que estuvo preso escribió dos libros de poesía clandestinamente.