El medallista olímpico, Saúl Craviotto (Lleida, 1984), ha presentado en 'Herrera en COPE' su libro 4 años para 32 segundos. El deportista descubre cuáles son los pilares en los que se ha apoyado para lograr sus metas en el deporte y en la vida. Lo que denomina “el triángulo del éxito”: la mente, el cuerpo y las relaciones sociales. El piragüista español da una enorme importancia a la preparación mental y al entorno social.

“Es un deporte sacrificado, pero cuando haces lo que te gusta y te apasiona, es diferente. Si no tienes a nadie con quien compartirlo, no es lo mismo. Ver a mi gente, mi familia y amigos llorar por haber ganado tú, es algo muy bonito, con eso te quedas, no con el trozo de metal que ganas”, ha dicho Saúl en 'Herrera en COPE'.

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“Somos seres humanos y hay días que no nos levantamos inspirados. Un día fallé y pensé anunciar mi retirada, pero al final, con el apoyo de mi gente cogí ánimos y gracias a esa pequeña hostia que me pegué, cogí impulso”.

“Hacer feliz a la gente es más importante que ganar un trozo de metal”

Su talento para el deporte no le eximió de su otro sueño, ser policía. A los 18 se empezó a preparar las oposiciones, a los 19 las aprobó y a los 20 juró el cargo. Mientras, ya con una plaza de policía en Gijón, comenzó a prepararse los Juegos de Pekín. “Aunque unos Juegos fueran mi sueño, siempre busqué un plan B”, ha confesado.

El palista de 32 años se estrenó en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 con una medalla de oro (categoría K2 500) junto a Carlos Pérez Rial, más conocido como Perucho, policía en Pontevedra y uno de sus mejores amigos.

Sin embargo, no pudieron hacer valer su favoritismo de cara a los siguientes Juegos. En el preolímpico, a falta de 30 metros para la meta, una ola los desestabilizó y perdieron su plaza. Pero, a pesar del palo, Saúl preparó el K1 200 y acudió a Londres 2012, donde se hizo con la plata. Aumentó, por tanto, su palmarés y decidió buscar nuevas glorias en Brasil.

La pareja española formada por Cristian Toro y Saúl Craviotto dominaron con autoridad la prueba del K-2 200 en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, la más explosiva, y ganaron el oro a un ritmo de 70-80 paladas, por delante de los británicos y de los lituanos.

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Ahora participa en un programa de cocina y hasta la Policía le ha dedicado un tuit para apoyarle:

¡¡Tenemos polis que valen para tó!! ...y alguno además del uniforme se cuelga medallas olímpicas y ¡hasta delantal!
¡Vamos, Saúl! ���� https://t.co/Up3IX5jSDK

— Policía Nacional (@policia) 14 de septiembre de 2017

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