Estos son los daños a los que nos exponemos con unas gafas de sol no homologadas
Muchos las usan por motivos puramente estéticos, pero lo cierto es que su función va más allá: se trata de un sistema de protección ocular muy valioso que pasa desapercibido

Estos son los daños a los que nos exponemos con unas gafas de sol no homologadas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Aprieta el sol ya, ¿Llevas las gafas de sol puestas o te las has dejado en casa? Estamos ya en pleno verano y es una de cosas que son imprescindibles. Muchos las usan por motivos puramente estéticos, pero lo cierto es que su función va más allá: son un sistema de protección ocular muy valioso que normalmente pasa desapercibido. Estamos a un paso de comenzar nuestras vacaciones, suben las temperaturas, las horas de sol aumentan y planeamos la maleta para la playa: bañadores, toalla, protector solar, sombrero y gafas de sol.
Y si no compramos la crema solar en cualquier puesto de la calle, tampoco debería hacerse con las gafas. Cada año en España se venden 16 millones de gafas de sol, de los que 6 se venden en puestos callejeros, es decir, sin controles de calidad, ni homologación. O lo que es lo mismo, una de cada tres gafas de sol en nuestro país está poniendo en riesgo nuestra salud ocular y visual. Aunque hay que decir, que nuestros ojos están preparados para defenderse de esa extra de luz que nos llega en estos meses. Pero la ayuda que nos dan unas gafas de sol para protegernos nunca viene mal.
No son un complemento, son protección
La estética casi está por encima de la calidad. Pues hay que tener cuidado porque unas gafas malas nos pueden producir daños desde la córnea hasta la retina, pasando por la conjuntiva y el cristalino. No es muy frecuente que esos daños se noten al instante, pero si a un medio y largo plazo. Lo que está claro es que las gafas de sol no son un complemento de moda más. Son un equipo de protección que tienen que cumplir una normativa, como lo hacen las mascarillas, los airbags de los coches o un casco de moto.
Una escena muy veraniega: la familia paseando por la calle. Bueno, pues desde hace unos años, y gracias a que nos hemos ido concienciando poco a poco, cada vez se ven más niños que en ese paseo de verano, con el sol pegando fuerte, lo haga el niño con gorra y gafas de sol. Es, de hecho, lo idóneo. Las distintas capas de los ojos de los niños aún son sensibles y es muy conveniente protegerlas.
"La mayoría de la gente se preocupa por la estética"
Si profundizamos un poco más, encontramos que hay distintos tipos de gafas. Y puedes pensar, las hay redondas, cuadradas... No, nada de eso. Las gafas de sol tienen categoría. En un valor que va del 0 al 4. Las categorías 0 y 1 dan una protección inferior al 56%. Luego están las de categorías 2 y 3, estas son las ideales para hacer vida cotidiana: ir a la playa, conducir, pasear... Y es que absorben entre un 57 y un 91% la radiación lumínica. Y por último están las de la categoría 4, que son las más potentes. Pero, por ejemplo, esas no las podemos usar para conducir.
"En un primer momento, todo el mundo da un poco por hecho que las lentes que se venden cumplen la normativa. Así que la mayor parte de la gente se preocupa por la estética de las gafas", dice Fátima, dueña de la óptica 'visualtropía', en Jerez de la Frontera. "Lo importante es llevar unas lentes de calidad que vayan acorde con la actividad que vayamos a realizar. Para actividades de playa es recomendable utilizar la categoría 2 o 3", explica la experta.
El peligro de las gafas no homologadas
Por desgracia hay personas capaces de falsificar cualquier cosa con tal de ganar dinero, lo hemos visto con las mascarillas para protegernos contra el coronavirus, y con las gafas no es diferente. No existe ningún método casero totalmente fiable para comprobar si las gafas de sol que tenemos están homologadas o no, si contienen las dos capas de protección o no. Habría que acudir a un laboratorio o a algunas ópticas, pero hay ciertos elementos que pueden hacernos sospechar.
Unas buenas gafas de sol deben traer grabado en el interior de la patilla o en el embalaje el marcado CE y las siglas UV seguidas del número de la categoría de protección (un valor entre 0 y 4) y la normativa que las regula. Si falta alguno de estos elementos, o todos, mejor no arriesgarse con ellas."Si llevamos unas gafas que no están homologadas sin saberlo, podemos exponernos más de lo habitual a la radiación ultravioleta dañina para nuestros ojos", comenta María Concepción Lillo, investigadora de patologías visuales y profesora en la Universidad de Salamanca.
Y es que la experta afirma que la alta incidencia de las cataratas se debe a la radiación ultravioleta, que es dañina para los ojos. A pesar de que se inician con la edad, existen una serie de factores de riesgo, como una exposición prolongada a la luz del sol, que hace que se acumulen daños en nuestro cristalino