Dice Enrique Cerezo que el cine es su vida. “para ganarme la vida y para vivirla”. No tiene descendientes cinematográficos pero es su vocación. “Mi negocio es el cine y todo lo que tengo lo tengo por y para el cine”, aunque lamenta que hoy día es cuando menos gente va a las salas. “Las televisiones tienen una calidad impresionante, y esto va a seguir pasando", augura.

Conseguir la distribución de la Metro Goldwin Mayer se consiguió a base de contactos. "Es un hito que una multinacional americana acabe en manos de gente independiente y fue una experiencia maravillosa”, ha contado este jueves en su entrevista en COPE. 

Las películas no se han cuidado como se debiera. Cerezo ha contado a Carlos Herrera que los negativos a veces se perdían completamente o en un estado lamentable, por el que él empezó a comprar el material entre los 40 y los 80 para intentar restaurarlo, “que todavía quedan muchos, pero es la historia de España”. ¿Cómo se restaura? “No es complicado pero es laborioso. A través de ordenadores, de manera meticulosa, fotograma a fotograma”. Muchas de ellas han desaparecido para siempre por culpa de los productores, o se han perdido en otros países con otro título. Por ejemplo, de “la Seta Rubia” se recuperó una copia gracias a un hallazgo suyo en México. 

"El cine no se puede hacer sin subvenciones", asegura Cerezo. “La subvención en España cubre a miles de industrias, y el cine no es el que mejor subvencionado está”, ha matizado. 

El último documental que ha producido es candidato al Goya y a los premios Forqué. Se titula “Historias de nuestro cine” y está dirigido por Antonio Resines. Ese trabajo - dice Cerezo - es algo que va a quedar para la posteridad, grandes actores dando sus impresiones sobre el cine. El tiempo que le dedica al cine, es mucho, pero está repartido al 50% con el Atleti. Y más ahora que existe el VAR: “yo odio el VAR”.