Pablo Eguía, neurólogo y vocal de la Sociedad Española de Neurología, ha sido entrevistado este lunes en 'Herrera en COPE' debido al descenso en los casos de ictus diagnosticados. La entidad cree que la caída en el número de pacientes se debe al coronavirus, pues muchas personas han dejado de acudir a urgencias a pesar de que se trata de la segunda causa de muerte en España.

Según ha dicho el doctor, una hipótesis puede ser el cambio en el estilo de vida de las personas, pero su "preocupación" es que haya mucha gente que por miedo no esté acudiendo a los servicios de urgencias. Lo cierto es que la atención neurológica urgente y el tratamiento adecuado en Unidades de Ictus pueden reducir las consecuencias devastadoras de esta enfermedad neurológica, principalmente gracias a que en los últimos años el tratamiento del ictus en su fase aguda ha incorporado nuevos avances.

En este sentido, Eguía ha señalado que la enfermedad es una urgencia médica, por lo que ante cualquier síntoma es necesario llamar a los servicios de urgencias y acudir rápidamente al hospital. Además, ha manifestado que los hospitales ya "están preparados" para atender a los pacientes. "Ante la sospecha de ictus tenemos que acudir al servicio de urgencias cuanto antes", ha reiterado.

De momento, según un estudio preliminar hecho con datos de 18 hospitales y 11 comunidades, los ingresos por ictus han caído un 30% y también se ha detectado un retraso de más de 30 minutos de media en la llegada de enfermos. "Una paciente hasta que no tuvo cuatro avisos no acudió a Urgencias", ha evidenciado.

Los principales síntomas del ictus son:

• Pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
• Trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
• Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
• Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha.
• Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
• Sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.