El culturista Joan Pradells, en ‘Herrera en COPE’: “Me cuesta hasta atarme los zapatos”

Joan Pradells tiene 26 años, mide 1,78 y pasa de pesar en el mismo año de 110 a 140 kilos. Treinta kilos de diferencia. Su día empieza a las seis de la mañana. Lo primero que hace es posar ante el espejo, tomarse los complementos pre cardio, camina en la cinta y se mete en su templo, el gimnasio. Una rutina estricta que le ha permitido ser uno de los culturistas más conocidos de España y tener la capacidad de levantar 325 kilos. Una nevera pesa 100 kilos, la persona que hoy nos ha visitado en ‘Herrera en Cope’ levanta hasta tres veces el peso de esta, pero en cambio, el atarse los zapatos, dada su musculatura, le cuesta trabajo.

El mundo del culturismo es todo un ecosistema que mueve a millones de personas, si a esto le sumas una personalidad desbordante, una disciplina envidiable y una tenacidad ejemplar, la ecuación se resuelve en lo que es este deportista de alta intensidad en redes: 572 mil seguidores solo en Instagram y 352 mil suscriptores que siguen su día a día en su canal de YouTube.

Él nunca había querido tener ese físico cuando de pequeño debido a su constitución empezó en el rugby. Hoy por hoy, lleva dos años dedicándose al culturismo exclusivamente algo que le vino un poco dado por su complexión física. El año pasado ganó la Madrid Cup y el Empro Amateur. Ha debutado este año hace escasas tres semanas en el Empro de Alicante, en la categoría Open y ha quedado séptimo, algo que el mismo ha calificado ante la prensa y sus seguidores de decepcionante, buscaba clasificarse para el Mr. Olympia quedando primero en el Empro, pero este año no pudo ser.

Joan lo ha aceptado muy bien, llegando a tomarselo con mucha deportividad: “Yo creo que siendo super honesto, tengo mucho trabajo por delante, yo trabajo para el Joan de los 35. Soy un niño y sé que me queda mucho trabajo por delante, pero se que será mi mejor momento”. Todo un alegato que muestra la tenacidad que debe tener una persona que no solo dedica las tres o cuatro horas de rigor entre máquinas y pesas, sino que todas sus energías están puestas en el control y rigor que le exige el culturismo.