Tras las persianas siempre bajadas y las puertas cerradas del número 43 de la calle Clara Campoamor, de Colmenar en Madrid, 8 niños de 4 a 14 años han sobrevivido al maltrato continuo y perverso de sus padres. Vivían en una verdadera pocilga, con frecuentes castigos corporales, estaban confinados en un patio a la intemperie y faltaban continuamente a clase.

El caos reinaba en la casa, salvo en el despacho del padre

Cuando los agentes de la Guardia Civil entraron en la vivienda el pasado 28 de marzo, se quedaron horrorizados; los niños estaban desaliñados, el desorden reinaba por toda la casa, salvo en un punto muy concreto, el despacho del padre de la familia, un hombre de 45 años, médico en el Hospital Gregorio Marañón de la capital.

El adosado de los horrores

Los vecinos relatan que la policía ya había acudido al adosado de los horrores por los ruidos, gritos y golpes que allí se escuchaban. En más de una ocasión esos vecinos habían visto a los niños encerrados en el patio o asomándose a la ventana con medio cuerpo fuera.

Fue una denuncia la que puso en alerta a la Guardia Civil que en coordinación con la Fiscalía indagó sobre la vida de los padres y de los menores.

Los pequeños han sido enviados a un centro de acogida de la Comunidad de Madrid yla autoridad judicial ha retirado la patria potestad a los padres sobre los que pesa una orden de alejamiento de sus hijos.

El relato es terrible pero abre además muchas incógnitas sobre su futuro, como por ejemplo saber qué va a pasar con estos 8 niños que se acaban de sumar a la larga lista de menores que crecen privados del cuidado parental en España y cuya cifra supera ya los 35.000.

María Arauz de Robles, presidenta Asociación Estatal de acogimiento familiar reconoce en Herrera en COPE, que la situación de estos niños es "atípica" porque "no es normal tutelar de golpe a 8 hermanos", "Gerenalmente ingresan en un centro hasta que la Administración establece una medida estable. La ley prioriza el acogimiento familiar frente a vivir en un centro, y prioriza también que los hermanos se queden juntos o mantengan una relación". SIn embargo, señala "este es un caso complejo" porque "no va a haber una familia que sea capaz de acoger a 8 hermanos juntos". Por eso, "a lo mejor tarda más tiempo en decidir la medida más adecuada para ellos, pero tendrán que creer en familia, y buscar una solución que les ayude a restablecer tanto daño y adversidad como han vivido".

No va a haber una familia que sea capaz de acoger a 8 hermanos juntos

En su opinión, es importante "ofrecerles una forma distinta de crecer y entender el mundo". "Hasta ahora han vivido un infierno y ahora hay que normalizar su vida para que tengan experiencias positivas, establezcan vínculos sanos y sepan que se puede vivir de otra manera". Siempre destaca, "con un acompañamiento terapéutico".

¿Cuándo tutela la Administración?

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Cuando hay una tutela por parte de la Administración, "es porque hay una declaración de desamparo y de riesgo por situaciones muy graves, como abandono, malos tratos, padres con enfermedades mentales o abusos". En estos casos, señala María Arauz de Robles "se hace una evaluación de los daños que ha podido sufrir ese niño".

Desde el principio "se le da una terapia, aunque lo mejor es vivir una vida normal y que acaben viviendo en familia, yendo al colegio y con relaciones estables que les hagan normalizar su vida".

¿Cuando cumplen 18 años? ¿Qué pasa con ellos?

Sin embargo hay niños que crecen en un centro tutelado. "Por desgracia cuando cumples los 18 años te ves al día siguiente en la calle porque la medida de protección desaparece con la mayoría de edad. Algunos pueden acceder a recursos de emancipación de las Comunidades Autónomas y unos pocos pasan a pisos tutelados", advierte la experta que insiste en la importancia de "buscarles ese acompañamiento familiar para que al cumplir los 18 no se produzca una nueva ruptura".

Por ello, explica, "desde las asociaciones de familias de acogida se han puesto en marcha junto con la Administración programas novedosos orientados a niños mayores para que tengan la experiencia de vivir un año en familia", y que están dando unos resultados "maravillosos", concluye.