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Son las ocho, las siete en Canarias.

Saludos de Sergio Barbosa en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este lunes 19 de junio de 2023. Esta semana arranca el verano, España ha ganado su primer título desde el tici-taca. Siempre hay motivos para verle la gracia al lunes por muy 'saborío' que pueda ser. Luego está Carlos Herrera que le gustan muchos los lunes. Ahora en un rato escucharemos como le va por los caminos de Dios con la mochila y su gorrilla.

El 23 de julio sigue siendo una moneda dando vueltas en el aire. Esta mañana, algunas cosas están más claras de como las dejamos el pasado viernes, pero también es verdad que no todo es tan claro. Las encuestas de la prensa no se ponen de acuerdo. Va a estar interesante esto. La precampaña arrancó el pasado fin de semana y todo ha girado entorno a la resaca electoral con un tema estrella: los pactos en los ayuntamientos en una jornada que, en algunos sitios, ciertamente fue de infarto.

Lo que ha traído más cola es lo del ayuntamiento de Barcelona. Pocas veces el destino de la segunda ciudad más importante de España se decide a pocos minutos que se constituyese el pleno. Los separatistas estaban más cabreados que a una mona.Estaban tan contentos y risueños, actuando como si en Barcelona solo hubieran separatistas. El chasco ha sido tremendo. Se han quedado compuestos y sin ayuntamiento.

Finalmente gobernará el PSC pero en el PP tratan de consolarse con que dentro de lo que había ni será el separatismo puro y duro ni seguirá Colau con sus peculiares ideas posmodernas. Pero en ese susto o muerte había que elegir.

Como el PSOE quedó escarmentado del guantazo de las pasadas elecciones, una cosa que ha hecho ahora es no pactar con Bildu y están los de Patxi López presumiendo por ello.

En todo caso, estas últimas horas, Núñez Feijóo y Sánchez han competido por ver quién ha sido más coherente y más votable de cara a las próximas elecciones con los pactos. Feijóo ha querido destacar su sentido de Estado para priorizar al PP ante los separatistas, hablando sobre lo ocurrido en Barcelona. Un saludo a los que decían que Trias era moderado y sensato. También se pronunciaba sobre lo ocurrido en el País Vasco, donde los populares han contribuido a desbancar a Bildu. A todo esto, en Pamplona es donde el PSOE saca más pecho porque ahí ha hecho el sacrificio de abstenerse para dejar gobernar a UPN.

Miren. Observando lo de este fin de semana, se podría decir que el PSOE cree haber aprendido dos lecciones del jardazo que se llevo el 28 de mayo: una que hasta que pasen las elecciones tiene que fingir que no conoce a Bildu y dos que tenía que conseguir como fuera que lo que hay a su izquierda prescindiera del elemento más tóxico de Podemos que es Irene Montero. Con esos dos retoques, no pactando el sábado con Bildu y sacrificando a Montero, creen que ya lo tienen más o menos arreglado. De hecho, Sánchez se va a lanzar esta semana a una serie de entrevistas en las que va a tratar de vender esas dos ideas.

Esas dos ideas la refuerza el presidente con un 'la economía va fenomenal'. Yolanda Díaz se lo viene recordando al PSOE. En Moncloa, ahora están interesados en resaltar los datos macro. Sigue habiendo en el ambiente una sensación de pesadumbre. Ayer, en el mitin de Dos Hermanas, Sánchez se mostraba eufórico con su gestión económica.

Sánchez afeaba a unos espontáneos que le interrumpían en el mitin sin saber, queremos pensar, que eran funcionarios de la administración de la justicia. De igual manera, al que tenga la tentación que todo va genial le tocará explicar porque esa mejora económica no llegan a las clases desfavorecidas. Y la sensación de que la clase media va empobreciéndose y que, tras la pandemia, es más que evidente.

Tenemos una inflación acumulada de más del 15%. Ya este verano los hay que recortan las vacaciones porque el rejonazo de la hipoteca variable empieza a notarse en la economía familiar. Esto es un problema occidental pero lo que mosquea es que el Gobierno dice que todo va bien y eso que tenemos a familias que destinan el 60% de su presupuesto a la comida, vivienda... y esto empieza a desdibujar a la clase media.

Así que se diría que la nueva normalidad no es la pandémica, sino la económica. Esta semana vamos a escuchar mucho eso de derogar el sanchismo pero no olvidemos tampoco las penurias del bolsillo. El 23 de julio la moneda caerá y veremos qué factores han pesado más en medio del ruido de esta corrala electoral.

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