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Es jueves, 21 de abril. Son las 8. Es muy tarde y hay mucha ropa por planchar en este día de hoy en el que sigue la lluvia, por cierto, en Galicia, el Cantábrico, Aragón, Cataluña. Nubes y claros con las temperaturas que suben un poco después del escalón de ayer. Fue un escalón de esos de plataforma continental.

¿Qué pasa en la Moncloa?

Si ustedes se acercan al Palacio de la Moncloa y la olisquean, les llegará un cierto olor a preocupación, a fracaso, a inquietud. ¿Por qué? Porque, efectivamente, Moncloa tiene problemas. Los problemas los tenemos los españoles, entre otras cosas porque Moncloa es incompetente. Pero tiene un problema porque ahora mismo por todos los flancos les acecha el peligro. Y Moncloa solamente sabe responder con latiguillo de la ultraderecha, la ultraderecha, la ultraderecha y los cuentos que esté vende-historias nos deja caer cada dos por tres. Cada vez que tiene la oportunidad de soltar farfolla por su boca.

Pero tiene problemas, ¿con qué tiene problemas? Pues hombre con que la economía está como está. Va cómo va. Todas las previsiones de los organismos internacionales son sombrías y además ahora tiene frente por frente a un rival que ha conseguido marcarle la agenda con un programa económico. Un programa económico discutible, como todo en la vida, un programa económico que consiste en rebajas fiscales.

Las propuestas de Feijóo

¿Qué es lo que ha dicho Feijóo en el documento que le presenta y con el que Pedro Sánchez previsiblemente hará una pelotilla y jugará encestar lo papelera que ponga sobre la mesa de reuniones? Pues que hay que afrontar una rebaja fiscal de 7.500 a 10.000 millones, una deflactación del IRPF, impuestos negativos para rentas mínimas, algunos alivios de tributo a ciertos sectores que están pasándolo mal porque son muy dependientes del aumento del precio de las energías: el transporte, la Industria, la ganadería y la agricultura. También un recorte en Impuesto de Sociedades y bajar el IVA de la electricidad, que ya es algo que ha hecho el gobierno.

Todo eso ayudado por un rediseño de los fondos, determinadas reformas estructurales y en una palabra, dar sentido a una cosa: o instalar una idea fundamental en el aire, que flote en el aire, que es la de devolver dinero a la gente. Claro, de esa manera lo que está logrando Feijóo es descentrar literalmente a Sánchez. A todo el que ha dicho Feijóo le hacen falta más cosas.

Perdonen que me ponga así de estupendo. Evidentemente, cuando tú propones bajar determinados impuestos también tienes que proponer bajar el gasto y en el gasto en bajar el gasto tienes que decir en que bajar. Porque está muy bien hablar de bajar el gasto que, indudablemente, todos queremos bajarlo, pero tienes que subrayar o señalar en este, en este, en este apartado y que no sean delicados.

En eso estamos todos de acuerdo. Mientras Pedro Sánchez solamente atina referirse a la ultraderecha y la ultraderecha por aquí y el peligro de la ultraderecha y ese cuento que cada vez tiene menos calado, todas las instituciones financieras confirman las malas previsiones y tu rival te presenta iniciativas y te marca la agenda.

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