El profesor José María Gay de Liébana analiza en 'Herrera en COPE’ las claves económicas del día.

Cuando en agosto de 2016, la CE exigió a Apple pagar 13.000 millones de euros por ventajas fiscales ilegales recibidas en Irlanda, Tim Cook, CEO de Apple, sostuvo que la empresa había pagado 357 millones de euros en Irlanda en 2014 y que la tasa impositiva del 0,005% que manejaba Bruselas era falsa. Cook afirmó: “Aquí está la verdad, ese año pagamos 400 millones de dólares a Irlanda tomando como base la tasa del 12,5%”, tachó de “basura política” la acusación y defendió que Apple era y es uno de los mayores contribuyentes de Irlanda. Tras reafirmar su compromiso total con Irlanda, depositó los 13.000 millones de euros y empezó la apelación de la decisión de Bruselas, junto con la propia Irlanda. Cook advertía que más allá de Apple, lo perjudicial y nocivo del dictamen de la CE se notaría en las inversiones y la creación de empleo en Europa, señalando que la CE ignoraba las leyes fiscales de Irlanda y de paso pretendía cambiar el sistema internacional en materia tributaria. Apple en 2014 tributó en sus estados consolidados a una tasa efectiva del 26,1%: su beneficio antes de impuestos fue de 53.483 millones dólares y su gasto por impuesto sobre sociedades de 13.973 millones, siendo su beneficio neto de 39.510 millones. Pues bien, Sergio, Tim Cook, Apple e Irlanda tenían razón y la CE erró. El Tribunal General de la Unión Europea anuló ayer la decisión que obligó a Apple a desembolsar 13.000 millones de euros por impuestos no pagados a la hacienda irlandesa. Según el Tribunal, la CE no ha podido demostrar que los acuerdos fiscales tuvieran ventajas selectivas, es decir, ayudas públicas ilegales. Bruselas tiene que devolver a Apple los 13.000 millones. Duro revés, Sergio, para Bruselas justo cuando se habla de la posibilidad de cercenar los regímenes fiscales blandos de algunos Estados europeos como Países Bajos, Irlanda, Luxemburgo, Malta…

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