Juan: "En los 70 gané una quiniela que no iba a acertar nadie. Me dieron 145.000 pesetas y me compré un Renault 5. Me entró temblor y todo"

En los 'Fósforos' de 'Herrera en COPE' descubrimos las historias más curiosas detrás de objetos que van desde una quiniela ganadora hasta animales mal disecados

Paola Albaladejo

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En el programa 'Herrera en COPE', durante la sección 'la hora de los Fósforos', un oyente llamado Juan ha compartido una de las historias más sorprendentes. Su relato se centra en cómo una quiniela de 13 aciertos le cambió la vida en el año 70, permitiéndole comprar su primer coche, un Renault 5, con las 145.000 pesetas del premio.

Juan ha explicado que el coche tardó siete meses en llegar y que, tras 14 años y 250.000 kilómetros, lo vendió por 240.000 pesetas. Hoy conserva en la entrada de su casa un cuadro con la quiniela original, una foto del coche y un llavero de la bandera de España que compró durante el servicio militar.

Europa Press

Boletos de La Quiniela, en una administración de Loterías y Apuestas del Estado.

Recuerdos de noches de fiesta

Pero la de Juan no es la única historia sorprendente. Inmaculada, una albaceteña residente en Cantabria, ha confesado que durante años guardó un adoquín enorme que cogió una noche de fiesta. La oyente, que recuerda con humor que acabó "bailando encima de la barra", ha contado que el adoquín la acompañó incluso en su mudanza a Cantabria hace 30 años.

A este tipo de anécdotas se suma la de Rafael, que ha relatado cómo le quitó las luces de sirena a un coche de policía y, años después, descubrió en una fiesta que uno de sus invitados era el compañero del agente. Otro oyente ha recordado cómo en su piso de estudiante tenía un cono de tráfico que adornaba "como si fuera un árbol de Navidad".

Coleccionismo sentimental y extravagante

El coleccionismo también ha estado muy presente, con casos tan peculiares como el de Ignacio, que atesora animales con taxidermia defectuosa. "Todo empezó en un mercadillo en el sur de Francia con una especie de tejón", ha explicado, aunque su mujer se los vaya tirando. Su única condición es que tengan algún defecto visible, como "ojos saltones o una boca torcida".

Solo pueden ser que tengan unos ojos saltones o una boca torcida"

Ignacio

Fósforo aficionado a la taxidermia defectuosa

En un tono más sentimental, Félix, carnicero de profesión, guarda como una reliquia su primer cuchillo de deshuesar. La sección también ha destapado otros objetos singulares, como un cuadro con la foto de un desconocido que una familia conserva en casa de sus suegros sin saber quién es.

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Carnicería

Entre otra 'Hora de los Fósforos' recogimos también el testimonio de Manuel, quien relató cómo gestionó la elección de la reina de las fiestas en un complejo turístico de Torremolinos. Siendo jefe de animación, se le encomendó la tarea de organizar un sorteo. Manuel le había propuesto a Loli, una de las candidatas, ser su pareja, pero ella lo rechazó. El oyente confesaba que, al contar las papeletas y darse cuenta de que ella iba a ganar, decidió intervenir.

Ante la negativa de Loli a salir con él, Manuel explicó que escondió los papeles y propició que ganara la secretaria del servicio técnico. A pesar de este giro en sus planes, su historia tuvo un final feliz, ya que se casó el 14 de noviembre de 1971. Como detalle entrañable, ha recordado que su madre les arregló el apartamento, dejando las ventanas siempre fijas y semiabiertas con una cuerda. Escucha aquí la sección íntegra.

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