Manuel Costiña y sus rocas de chocolate; la historia de una crisis que termina en una buena oportunidad

Seguramente coincidirán conmigo en que no hay mejor comida que aquella que está hecha con productos frescos.... recogidos del campo o del mar y puestos encima de una mesa, casi sin filtros.

De eso va la historia que les contamos hoy. La historia de cómo Manuel Costiña se ha servido del cacao puro cultivado en un par de fincas de Santo Domingo – en la República Dominicana- para impulsar su última creación y, de paso, aumentar la facturación de su restaurante en plena crisis del coronavirus.

Todo empezó en marzo de 2020. Con el inicio de las restricciones, a este cocinero de estrella Michelín no le quedó otra que darle vueltas a la cabeza. Su casa de comidas de Santa Comba, en la provincia de la Coruña, echaba el cierre.

Repartir comida a domicilio no era una opción. Así que Manuel pensó en dar salida a un producto que, hasta entonces, sólo podían probar los clientes que iban hasta allí, unas rocas de chocolate.

Después de varias pruebas, mucho mimo y algo más complicado -elegir de cero el empaquetado- Manuel tenía una alternativa para seguir trabajando. En principio, la idea era repartirlas entre familiares y clientes cercanos, algo reducido. Pero un año después, aquello se les ha ido de las manos.

Este cocinero gallego ha conseguido vender más de 300.000 cajas y el teléfono no deja de sonar. Una historia que demuestra, una vez más, que de una dura crisis siempre puede salir una buena oportunidad.