No hay duda de que el nombre del día es el de don Álvaro Redondo, y todo porque ha cambiado de opinión. Todos cambiamos de opinión. Mi primo Isidoro, al que llamábamos Doro, se casó con una chica muy simpática y, a la vuelta del viaje de novios, se separó. “¿Qué ha pasado Doro?” -le preguntamos-, y él, encogiéndose de hombros, nos explicaba lacónico: “Que he cambiado de opinión”.

Don Álvaro Redondo también ha cambiado de opinión, y se ha divorciado de su anterior parecer. Como hacemos todo el mundo, cientos de veces, a lo largo de nuestra vida. Claro que no todo el mundo somos fiscales. Ni nuestros cambios de opinión tienen trascendencia. Ayer mismo, en la comida, me pasé del verdejo al tinto, y no he recibido ninguna queja del vecindario.

Pero, de cualquier manera, reclamo el derecho de don Álvaro Redondo a cambiar de opinión. Antes parecía que estaba de acuerdo con el juez García Castellón, en que había indicios y sospechas de que el Cobarde Prófugo estuviera detrás, animando y financiando los actos terroristas que tuvieron lugar en Barcelona.

Por otro lado, el juez García Castellón se basaba en los informes de la Guardia Civil y de la Policía, que incluyen conversaciones grabadas del Cobarde Prófugo, donde mostraba su preocupación porque hubiera algún muerto. Es decir, que no parece que estuvieran organizando una despedida de soltero o una fiesta de cumpleaños.

Ahora, en cambio, don Álvaro Redondo piensa de otra manera, y, repito, tiene derecho a ello. Claro que nosotros también tenemos derecho a dudar de la profesionalidad, el rigor y la sapiencia de don Álvaro Redondo.

¿Se equivocó con el dictamen anterior y estuvo torpe, zafio, incompetente y zopenco punto? ¿O bien, es en el actual donde se muestra zopenco, incompetente, zafio y torpe tras su conversación con el Fiscal General?

El fiscal General heredó el cargo de la anterior fiscal, novia del juez prevaricador, antes ministra de Justicia, repudiada tres veces en el Congreso, que es que no sé qué tiene la Fiscalía, oye, que te acercas a ella y parece que estás leyendo Pronto o Diez Minutos. Término con esta cuarteta: Es don Álvaro, versátil,/ y puede que, tan cachondo,/ que mira lo que es cuadrado…/ ¡y le parece redondo!