Bruselas va a eliminar el acuerdo con Marruecos para estos dos productos y la huerta de Almería se verá afectada: 2 millones de toneladas

Pilar García de la Granja explica en Herrera en COPE la medida que va a implantar Bruselas esta semana y que acaba con un acuerdo de hace seis años

Paco Delgado

Madrid - Publicado el

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La huerta de Almería, y también parte de la de Murcia, se enfrenta a una nueva amenaza que pone en riesgo dos de sus cultivos más importantes: el tomate cherry y el melón. La decisión, que previsiblemente se tomará la próxima semana en Bruselas, afectará de lleno a los agricultores españoles, tal y como ha explicado la periodista Pilar García de la Granja en el programa 'Herrera en COPE', dentro de la sección 'Economía de Bolsillo'.

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Una sentencia judicial, el origen del cambio

El conflicto surge a raíz de que la Comisión Europea se vea obligada a modificar el pacto comercial vigente con Marruecos para dar respuesta a una sentencia del [Tribunal de Justicia de la Unión Europea]. Dicho fallo anuló los acuerdos agrícolas y pesqueros firmados en 2019 entre Bruselas y Rabat al entender que se alcanzaron "sin el consentimiento del pueblo saharaui".

Para dar cumplimiento a la sentencia, la Comisión pretende extender los [aranceles preferenciales] de los que ya goza Marruecos a los productos originarios del Sáhara Occidental. En la práctica, esto implica que frutas y verduras de la excolonia española, como el tomate o el melón, entrarán en el mercado europeo con grandes ventajas, aumentando la competencia para los productores españoles.

El coste de producción es la mitad

La preocupación en el sector es máxima, ya que las cifras de producción de estas regiones son muy significativas, con 1,6 millones de toneladas de tomate y seis millones de toneladas de melones el año pasado. A este enorme volumen se suma la diferencia en los costes, que según ha alertado Luis Cortés, coordinador estatal de [Unión de Uniones], provoca que "cada vez más empresas españolas se vayan a Marruecos porque el coste de producción es la mitad".

La huerta de Almería se va a ver muy afectada porque la UE va a anular los acuerdos"

Pilar García de la Granja

Expera económica

Este escenario, como apuntaba el periodista Jorge Bustos durante el programa, amenaza con "acabar con el campo y la huerta española". La situación genera una gran incertidumbre en el sector agrícola, que espera una solución que no perjudique sus intereses frente a una competencia que consideran desleal.

El campo español, en pie de guerra por los acuerdos comerciales

La situación que afronta la huerta de Almería y Murcia no es un caso aislado. El sector de frutos secos, con especial incidencia en Aragón, también ha levantado la voz contra un acuerdo arancelario alcanzado entre la Unión Europea y Estados Unidos. Según denunció Javier Fatás, responsable de frutos secos de COAG, este tratado perjudica gravemente a los productores españoles al permitir la entrada masiva de productos estadounidenses sin aranceles, mientras que las exportaciones europeas hacia el mercado norteamericano deben soportar gravámenes del 15%. Esta asimetría comercial sitúa a los agricultores españoles en una clara desventaja competitiva que amenaza la viabilidad de sus explotaciones.

Pilar García de la Granja en COPE

El núcleo del problema, según los afectados, no reside tanto en los aranceles que se imponen a sus exportaciones, sino en la permisividad de la UE con las importaciones. "Dejamos la puerta abierta a entradas masivas de productos agrícolas y ganaderos con estándares de calidad, sanitarios y de sostenibilidad que no se parecen en nada a los nuestros", señaló Fatás. Esta competencia desleal se agrava por los diferentes modelos de producción: mientras los agricultores europeos deben cumplir con estrictas normativas, sus competidores estadounidenses operan con una mayor permisividad en el uso de fitosanitarios y sin un control tan riguroso del agua, lo que reduce drásticamente sus costes.

El impacto económico de esta política ya es tangible. En las últimas semanas, el precio de la almendra en lonja ha experimentado caídas de casi un 20%. Esta depreciación se suma a los ya elevados costes de producción en España, derivados de los altos estándares de calidad y sostenibilidad exigidos por la propia Unión Europea. Además, el acuerdo tiene profundas consecuencias sociales y ambientales, ya que más del 85% del almendro en España se cultiva en zonas rurales de secano, a menudo en pequeñas explotaciones familiares que son clave para fijar población y actuar como barrera natural contra los incendios. "Si estas zonas se abandonan por falta de rentabilidad, aumentará el riesgo de incendios y la despoblación", advierten desde el sector.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.