En las apps para conocer gente (ligar, básicamente) sueles poder puntuar a esos contactos que vas conociendo: si te gusta, dedo arriba. Si no, dedo abajo. Y con eso la app se va haciendo una idea (unas veces más acertada, otras menos) de tus gustos. Y entonces, sin darte cuenta, vas dejando que la tecnología te guíe en tus sentimientos. Un tema que mezcla tecnología y amor, y si de tecnología se trata tenemos que hablar en Fin de Semana con Cristina sí o sí con nuestra 'cerebrito' Stella Luna de María, CEO de Pentaquark Consulting quien explica que “dependiendo de la app puedes iniciar una conversación de una forma u otra, con más o menos posibilidades, pero sí que dependemos mucho de los algoritmos”.

Por ello Stella afirma que “el consumismo ha llegado al mercado del amor, estas apps propician un consumismo de personas, tú consumes a alguien y, hale, al siguiente. No se trata ahora de idealizar tiempos pasados porque también había desventajas, pero cuando conoces a alguien en el mundo real le ves más en su integridad, con sus cosas buenas y malas, se produce una experiencia más plena y total. Cuando ves una imagen y nada más como propone Tinder, solo ves esa foto y decides, no hay conversación ni información adicional, todo el mundo se adapta a cómo es la app”.

Ahora se da mucho el 'ghosting' que, como su propio nombre en inglés indica, es desaparecer cual fantasma tras haber empezado una relación que quieres acabar, algo que explica Stella: “Es algo muy favorecido por las redes. Hace años quedabas en persona para cortar y querías desaparecer de la vida de alguien, le decías la verdad o una excusa y listo, pero ahora dentro de esta manera de relacionarnos más reciente hay gente que desaparece sin explicación ni educación y de repente llegan bloqueo de perfiles y mensajes. Es una práctica que se da tanto en relaciones fugaces como en otras más duraderas”.

También destaca la experta a Eva Illouz, para algunos la mayor teórica del amor contemporáneo. Ha publicado obras como ‘El consumo de la utopía romántica (1997), ‘Intimidades congeladas’ (2007), ‘La salvación del alma moderna’ (2008) o ‘Por qué duele el amor’ (2012). Su método atrae tanto a lectores académicos como profanos, alternando referencias intelectuales (Hegel, Freud, Marx, Durkheim…) con entrevistas de campo, referentes de la cultura popular -como la serie ‘Sexo en Nueva York’- o incluso chats de Tinder). Ella asegura que no se promueve la igualdad y que las mujeres están dando origen a un nuevo comercio sexual físico, un mercadeo, que no tiene precedentes y es una búsqueda de afecto en la que son capaces de todo con tal de ser queridas.