Es un absoluto error reírse sin más de las palabras formuladas por la flamante presidenta del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno. Por lo visto, afirmó que la violación es un instrumento natural perteneciente al hombre. Pese a ello, no se quedó ahí, y llegó a mencionar que la heterosexualidad es una herramienta que procede del patriarcado. 

Al parecer, cabe señalar de que Gimeno, -mano derecha de la nueva ministra de Igualdad, Irene Montero, pareja de Pablo Iglesias-, pretende ser una "pensadora". Esta representa a un grupo de personas que, en este mundo, ven lo masculino como violento y al hombre como indicador capaz de violar siempre, en cualquier momento. 

Decir que esto es una aberración, debido a que busca dejar al margen las grandes virtudes que posee la masculinidad. Estamos en un mundo donde lo masculino y lo femenino son dos polos que hacen más hermosa la convivencia. 

Sostengo que la heterosexualidad no solo no es un aspecto negativo, ni malo, es un motivo de orgullo. Es importante para la reproducción de la especie, así como la manera que ha elegido la naturaleza para que un niño tenga tanto un padre como una madre. 

A su vez, es la correspondencia y la relación entre las mujeres y los hombres. Sin duda, esto es algo precioso. Y ya es hora de reivindicarlo sin temor, porque los individuos que nos representan desde el punto de vista de la heterosexualidad, de lo masculino y lo femenino, empiezan a manifestar con una desfachatez absoluta que lo masculino es violento y malo. 

Reitero, ya es hora de decir que no. Por lo visto, lo que dice esta señora son aberraciones, unas declaraciones que la mayoría de hombres y mujeres no compartimos.