Los teléfonos de 'Fin de Semana' siempre están abiertos para aquellos oyentes o cualquier persona que quiera contar alguna anécdota o alguna historia que haya sucedido en su vida. Esto siempre da lugar a momentos bonitos o sorprendentes y emocionantes.

Por ejemplo, el que vivimos el pasado 14 de julio, cuando un oyente llamado Jesús nos contó el día que conoció a los astronautas del Apolo 11.

"Yo tenía 23 años, trabajaba en el aeropuerto de Barajas, y siempre me enteraba de quién venía en los aviones. Y aquel día me enteré de que venían los tres astronautas que habían viajado a la Luna. Y nada más bajar las escaleras los vi a los tres. Iban uniformados, vestidos elegantemente. Les ofrecí llevarlos a los toros, al teatro, y se pensaron que era un periodista porque hacía muchas preguntas".

Soprendente también, aunque para mal, fue la llamada de este venezolano en medio de uno de los momentos más trágicos de la ya de por sí dramática situación que vive su país.

La puesta en libertad del preso político Leopoldo López por parte del presidente Guaidó había puesto en jaque a Maduro, y en 'Fin de Semana' hablamos con Germán, un ciudadano venezolano que nos contaba de primera mano la situación que se vive en el país. “El poder lo tienen los militares, no lo tiene Maduro. Los que salieron a reprimir son la Policía Nacional Bolivariana. Delincuentes armados que hacen esta barbaridad de atropellar a ciudadanos con una tanqueta”.

Maduro no era capaz de reaccionar a esta situación: “Si él tuviera poder sobre el ejército, ya habría tomado Venezuela. Y en Venezuela no había toque de queda”.

Por eso, la posibilidad de que hubiera violencia en las calles asustaba a muchos venezolanos: “Todo el mundo tiene miedo a un derramamiento de sangre, y muchos esperan una intervención de Estados Unidos”.

Triste fue también la llamada de uno de los policías desplazados a Barcelona con motivo del 1 de octubre, que nos explicaba el infierno vivido.

Destinado a Barcelona el 1-O, defendió la democracia y el respaldo frente al independentismo catalán. Vivió durante semanas en el barco de Piolín en pésimas condiciones. Su nombre es Jorge Cagigas y es representante de la Asociación Unión de Guardias Civiles (UGC). “Cuando me destinaron, eres consciente de que vas a vivir algo único en los 30 años de democracia”, ha dicho en exclusiva al programa 'Fin de Semana' de Cristina López Schlichting.

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“Los días previos los pasamos haciendo labores de adiestramiento. Es la primera vez que ocurría esto. Estuvimos en el barco de Piolín. Estos eran ferrys acostumbrados a trayectos cortos, como mucho de dos días. Me tocó camarote sin ventana encima. Nosotros estuvimos más de 50 en una situación no acondicionada”, ha lamentado.

A Jorge lo asignaron a una zona rural, “allí es donde más fuertes son, en las zonas interiores, donde se encuentra la masa hostil y donde recibíamos muchos insultos”.

“El 1-O estuvimos más de 20 horas de servicio. Comimos un pic-nic, que así lo llamaban, y eran unas bolsas que nos había preparado en el maravilloso restaurante del barco, una comida plástico y encima fría”.

Y cerramos con una anécdota muy especial, que no fue una llamada, pero fue inesperado: el día que Carmen Lomana recibió un ramo de flores con motivo del día de la madre.

 En pleno directo de su sección en 'Fin de Semana', un precioso ramo de flores ha llegado a la redacción de COPE. Su destinatario estaba claro: Carmen Lomana. Pero nada más se sabía.

No había más remedio que interrumpir el programa para, ante los oyentes de toda España, hacer entrega a Carmen de estas misteriosas rosas de color marfil. También las cámaras de COPE han sido testigo de este momento para hacerle llegar a todo el mundo la cara de ilusión de Carmen al recibir el regalo.

Pero todavía quedaban las grandes incógnitas. ¿Qué pondría en la carta? ¿Quién las habría enviado? Carmen ha querido compartir con los oyentes el mensaje que guardaba la nota: “A pesar de no ser madre, y para que no te sientas triste como el año pasado, este humilde regalo es para ti”. Un bonito e inesperado misterio que quedó sin ser resuelto, pero marcado en el corazón de los que lo vivieron.