Este es uno de los crímenes más espeluznantes de todos los tiempos
La caja con un cráneo dentro y la cita por internet que terminó en una sepultura en vida

Este es uno de los crímenes más espeluznantes de todos los tiempos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El caso de la vecina de Castro Urdiales, que dejó una caja a una amiga para que se la guardase con el cráneo de su pareja dentro es uno de los más tremendos de los últimos tiempos. No es solo la maldad propia de alguien que comete un crimen; es que, además, no dudó en intentar engañar durante meses a los familiares de la víctima haciéndoles creer que su novio vivía, entregó el bulto perfectamente envasado y envuelto en papel de regalo para intentar evitar la curiosidad de su amiga y finalmente, tras verse descubierta, sigue ocultando qué hizo con el cadáver del hombre, que aún busca la Guardia Civil.
Carmen Merino, mantiene que es inocente. Así se lo dijo primero a los funcionarios de prisiones que la recibieron y luego a sus compañeras del módulo de mujeres de la cárcel del Dueso, en Santoña, a donde fue enviada por la juez. Cuando llegó a la prisión se le hizo una entrevista personal y un examen médico para hacer una primera evaluación de su situación psíquica y física. Estos primeros exámenes, indican que no sufre una patología psiquiátrica severa, si bien lógicamente habrá que esperar hasta que se hagan exploraciones más minuciosas por los especialistas para confirmarlo.
Contaba con dos antecedentes penales: un hurto de 300 euros en el domicilio de un familiar y la estafa de 6.000 euros a la expareja de otro familiar. Ninguno de los familiares de la víctima, Jesús María Baranda, conocía ese dato. Precisamente, el hecho de que tenga antecedentes por delitos económicos hacen pensar que la mujer actuó por un móvil de ese tipo. Entre febrero, cuando desapareció su pareja, y ahora, sacó varias veces dinero de la cuenta de su pareja con una tarjeta.
Familiares de la víctima aseguran también que en los últimos tiempos Jesús María Baranda les decía que su relación con Carmen Merino pasaba por dificultades.
Y si duro es el caso del cráneo de Castro Urdiales, tampoco le va a la zaga el descubierto esta semana en Zaragoza, donde ha sido detenida una pareja como autora de la muerte de un informático de Guecho de 54 años.
El hombre, soltero, había quedado con una mujer a la que había conocido en una web de contactos para mantener una cita amorosa. Fue un engaño, ya que lo que le esperaba era una brutal paliza propinada por al menos los dos arrestados para robarle el coche y todas sus pertenencias. Al final todo se le fue de las manos, y creyendo muerto al hombre decidieron enterrarlo, pero aún vivía.
El cadáver fue encontrado el pasado domingo por un agricultor en un campo de cultivo entre las localidades de Luceni y Boquiñeni. Por ahora son dos los detenidos —un marroquí con antecedentes por violencia de género, robos y drogas, y una mujer suramericana sin historial delictivo que llegó hace poco a España—, pero los investigadores están convencidos de que en el crimen intervino, al menos, un tercer individuo.