Habitualmente solemos consumir mucha carne y de mucha variedad. Eso está bien mientras se mantenga una dieta equilibrada, pero el principal problema aparece cuando nos acostumbramos a comer siempre lo mismo y apenas variamos nuestra alimentación. Y centrando el foco en el caso de la carne, Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos y autora del libro “Come seguro comiendo de todo”, ha destacado cuáles son los riesgos a tener en cuenta en Fin de Semana con Rosa Rosado.

En primer lugar, dejando claras sus preferencias y recordando el mensaje del ministro Garzón, ha dicho esto: “Yo soy más de reducir el consumo de carne. Es verdad que el mensaje del ministro Garzón nos ha sorprendido por venir desde el mundo político, porque realmente desde la ciencia se ha ido repitiendo por distintos motivos durante muchos años. Sorprende que este mensaje salga a la política a pesar de que muchos Gobiernos llevan un mensaje muy parecido dentro de sus políticas de sostenibilidad”.

Sobre las evidencias científicas que remarcan los problemas de salud que pueden acarrear comer demasiada carne de seguido, ha resaltado las siguientes referencias: “Por ejemplo, tenemos los documentos del Fondo Mundial de Investigación Contra el Cáncer, o los de la OMS, que quizás son los más conocidos, y concluyen que la evidencia es convincente sobre el efecto de la carne procesada en el incremento del riesgo de cáncer colorrectal. Sobre la carne roja, la relación es menos evidente aunque también se considera que puede incrementar. Las recomendaciones siempre son reducir carne roja y eliminar carnes procesadas, el problema es que a veces no distinguimos cual es una y cual es otra”.

Por otra parte, Beatriz ha lanzado el mensaje de que las apariencias también engañan en las carnes que a priori parecen más saludables: “Esos fiambres de pavo que vemos que parecen tan saludables, tan rositas, sin una gota de grasa, eso también es una carne procesada. Carne procesada es toda aquella que haya sido sometida a un procedimiento de salazón, de fermentación, a un cocinado previo como las salchichas que están cocidas... Sin embargo, las carnes rojas, aunque no hay una definición firme y exacta sobre ellas, lo que considera carne roja la OMS son el porcino, vacuno, el caballo también, ovino y caprino”.

No obstante, también ha aseverado que lo gustosa que se saborea la carne en nuestro paladar es la principal culpable de querer repetir plato en muchas ocasiones: “Precisamente porque nos gusta mucho, consumimos mucho. Ese es el problema, que la consumimos en grandísimas cantidades, por ejemplo los últimos datos que tenemos de encuestas alimentarias en España nos indican que el consumo de carne duplica las recomendaciones que se nos hacen desde las entidades sanitarias. Por eso, el mensaje es 'menos carne', no es 'elimina completamente la carne', si alguien la quiere eliminar completamente puede tener una dieta perfectamente sin carne, pero el mensaje que se nos envía es ese”.

Además, dejando claro que lo más importante es obtener proteínas, Beatriz ha abierto un abanico muy amplio de posibilidades para conseguirlas: “Lo que necesitamos son proteínas y las podemos obtener de muchísimos sitios. De origen animal que son las más conocidas, pero hay muchas otras como cualquier pescado o cualquier marisco es una fuente de proteína, la leche, los huevos, y también tenemos muchas fuentes de proteínas vegetales. Pero no han tenido la misma promoción y ni siquiera las tenemos en cuenta muchas veces. Las campeonas aquí serían las legumbres, y de ellas, los garbanzos o la soja que tienen absolutamente todos los aminoácidos esenciales y son proteínas de muy, muy buena calidad”.