El pasado 30 de septiembre conocimos el reconocimiento de la Santa Sede de las virtudes heroicas de María Dolores Segarra, fundadora de las misioneras de Cristo Sacerdote. Esto quire decir que se abre el camino para una futura beatificación. La Madre Isabel Arias es la superiora general de su congregación y explica en el Espejo en qué consiste su carisma.

María Dolores Segarra ya es Sierva de Dios y fue una mujer del siglo XX, nacida en Melilla en 1921 y fallecida joven en 1959 con 37 años. A ella le movía el ansia de entrrega a Dios y no terminaba de encontrar una realidad que reflejara esa llamada que tenía dentro. Eso le hizo sufrir en su juventud pero tenía claras las líneas de la manera en la que quería entregarse. Dedicar su vida al sacrificio y a la oración por los sacerdotes. Y así nacen las Misioneras de Cristo Sacerdote.

"Tuve una conexión con ella desde muy pequeña", explica la madre superiora. "La primera fundación fue en mi pueblo y el primer recuerdo que tengo es el impacto que causaba su sonrisa, su amabilidad y su don de gentes cuando llegó la congregación. Se ganó a toda la gente en esos 16 meses que estuvo. Cuando murió, todo el mundo decía: 'ha muerto una santa', por el impacto de su entrega y su espíritu y carisma sacerdotal que ella vivió y que yo viví en mi pueblo".

El carisma de las misioneras se basa en "un amor inmenso al sacerdocio de Cristo. Vivir y transmitir el espíritu sacerdotal y los medios para ello son la oración, el sacrifico y el apostolado. Son dos verbos los que nos definen: estar e ir. Estar en la presencia de Dios e ir predicando el Evangelio, ofrecer todo el día por la santificación de los sacerdotes".

"El carisma es un carisma muy actual y muy necesario. Cuando hay un sacerdote santo, cuánto bien hace a su alrededor y cualquier cosa negativa que hace... como tasciende también. Por eso lo veo de gran necesidad. Lo importante es que también la gente joven responda al llamamiento de Dios. Nosotros tratamos de infundir ese espíritu sacerdotal y que los jóvenes abran su corazón a la llamada de Dios".

Las misioneras de Cristo Sacerdote "somos una congregación pequeña, estamos en España y en Perú. En Perú estuve cuando se fundó durante siete años y tengo un recuerdo extraordinario. Por ejemplo, fue un padre del colegio nuestro de España a Perú y cuando vio dónde trabajábamos en una gran pobreza movieron los padres del colegio para hacer algo parecido en ese lugar". Además ñlas misioneras "ayudamos en las parroquias, visitamos enfermos, pastoral en los colegios. Ayudamos al sacerdote en todas sus tareas".

Y a María Dolores Segarra, que ha iniciado su rumbo a los altares, le pide "que seamos fieles a ese carisma que nos han transmitido. Que en esta situación ponga vocaciones sacerdotales y religiosas y que interceda por este mundo nuestro que vive momentos complicados por la pandemia".