Joan Roig i Digglenació en 1917 en Barcelona, en una familia catalano-inglesa, y fue martirizado por su fe el 12 de septiembre de 1936, cuando contaba 19 años. El cardenal Juan José Omella, que presidirá su beatificación, destaca que Joan Roig no es una figura de un tiempo lejano, sino que habla a los hombres y mujeres de nuestraépoca.La vida y la muerte de Joan, prosigue el Cardenal Omella, se dieron en un tiempo convulso e incierto, en el que los conflictos y las injusticias se pretendían resolver por la vía de la violencia.

También, según el cardenal Omella, es un ejemplo para los jóvenes de hoy. Era trabajador y estudiante, tenía una cultura sólida y era infatigable lector de los documentos papales. En un contexto de violencia y revolución defendió que «la única y verdadera justicia social» es la que nace del Evangelio de Cristo y se plasma en la Doctrina Social de la Iglesia. No en vano, entre sus profesores se cuentan dos mártires ya beatos, Ignacio Casanovas y Francisco Carceller.

Para ayudar a su familia en un momento de dificultad económica, Joan entró a trabajar como dependiente en un almacén de tejidos, y luego en una fábrica en Barcelona. Entró en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña, donde pronto asumió varias responsabilidades y fue nombrado vicepresidente del Consejo Comarcal de la Federación del Maresme. Se convirtió en un líder nato, que pronto se encontró en la diana. Cuando las juventudes libertarias quemaron laFederación, Joan dijo: “ahora, más que nunca, debemos luchar por Cristo”.

Cuando unos milicianos llegaron a su casa para llevárselo, Joan abrazó a su madre y se despidió de ella en inglés: “Godiswith me”, “Dios está conmigo”. Esa noche fue asesinado. Sus últimas palabras fueron: “que Dios os perdone como yo os perdono”, causando el asombro de sus asesinos. Según uno de sus biógrafos, Joan Roig i Diggle “murió porque no tenía miedo de defender a Cristo”.