En esta Navidad el Papa quiere hacer llegar un gesto de paternidad especial a la Iglesia en Irak, y con esta intención enviará al Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, a presidir varias celebraciones en las ciudades de Bagdad, Erbil y Qaraqosh.

El día 24 el Cardenal Parolín se reunirá en Bagdad, la capital, con representantes del gobierno iraquí y de las iglesias de Oriente. Esa noche concelebrará la Misa de la Vigilia de la Navidad con el Patriarca Caldeo, el cardenal Louis Raphale Sako, en la catedral de San José, en el barrio de Karrada. Previamente, el Cardenal Secretario de Estado visitará la iglesia sirio-católica de Nuestra Señora de la Salvación, donde en 2010, decenas de fieles y dos sacerdotes fueron asesinados por un comando terrorista que entró en el templo durante la celebración de la misa del mediodía. En esta iglesia asistirá al rito litúrgico de encender el fuego, que simboliza el nacimiento de Jesús.

Al día siguiente visitará algunos lugares simbólicos de la capital iraquí, así como las instalaciones de varias organizaciones caritativas, donde será informado de sus actividades. El día 26 se trasladará a Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, que ha sido centro del exilio de los cristianos del norte de Irak durante la invasión del Daesh, y donde permanecen aún numerosos refugiados. Desde allí se dirigirá a Qaraqosh, una de las ciudades mártires de la Llanura del Nínive, que quedó devastada por los yihadistas y cuya reconstrucción ha comenzado, así como el retorno de las familias cristianas a sus hogares. Allí celebrará la Misa junto al Patriarca Sirio-católico Ignatius Yousef III Jonan, antes de regresar a Roma. De esta manera se hará patente la cercanía del Papa a los heroicos cristianos de Irak en sus sufrimientos y en su esperanza, así como la unidad de las diversas Iglesias orientales con la sede de Pedro.