“Digitalización” es una de las palabras que más se repiten en el texto del acuerdo de gran coalición al que Merkel ha llegado con los socialdemócratas y la ministra de Educación e Investigación, Anja Karliczek, ha asegurado apenas tomaba posesión del cargo que otorgará “nueva importancia especialmente a las instalaciones de enseñanza digital para ofrecer a todos la oportunidad de tener una buena educación”.

En línea con lo establecido por la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre Internet y la Sociedad digital, que ha estudiado el asunto entre 2014 y 2017, el objetivo es la generación de “ambientes digitales de aprendizaje” seguros, desarrollando estrategias que deriven en el “aula digital”. Esto incluiría, por ejemplo, que a los niños de enseñanza primaria no se les prohíba el uso en clase de móviles o tablets, sino que se promueva el modelo “Bring your own Device” (trae tu propio equipo) o se les proporcionarían aparatos del colegio. También wifi abierta en cada centro escolar, evaluar a través de la red, compartir programas educativos con otros centros en otras regiones o países… y se contempla además establecer como obligatoria desde los primeros cursos la asignatura de programación.

El objetivo es mejorar cuanto antes los resultados obtenidos por Alemania en el Estudio Internacional de Alfabetización Computacional y Manejo de la Información (ICILS) y dotar a los alumnos de conocimientos para poder participar de forma activa en la ciudadanía vía internet. Pero al proyecto no le faltan detractores. “Con nuestros impuestos van a financiar, porque dicen que necesitan digitalizar, que niños de cuatro años estudien programación. ¡De cuatro años! A esas edades los niños lo que necesitan es jugar, moverse, tocar cosas, acumular experiencias que les proporcionen conocimientos del mundo real, no del mundo abstracto ni virtual. Necesitan trabajar en su propio desarrollo, no en el desarrollo de programas”, se queja el profesor de Neurología de la Universidad de Ulm, Manfred Spitezer, “no es una buena idea para nada, es como si porque necesitamos buenos matemáticos ponemos a los niños en primera clase a hacer integrales… los niños han de desarrollar su capacidad sensora y motora, eso no se debe hacer en la escuela”.

Sin embargo hay profesores, como Urich Albrecht, que consideran muy positiva la digitalización del aula. “Aprenden mucho más sobre como buscar y localizar información, a discriminar fuentes, a trabajar en red y a presentar sus propios conocimientos”, dice, “y esas son competencias que van a necesitar en su vida”. “Es mucho más divertido que en las escuelas normales”, dice Julian, uno de sus alumnos, que ha terminado sus tareas de matemáticas en la tableta y las envía a la bandeja de entrada de la profesora después de la auto evaluación, “creo que en 10 ó 20 años todas las escuelas serán como la nuestra”.